07 septiembre 2009

EL CONGRESO JUAN XXIII Y EL SISTEMA CAPITALISTA

El Congreso Juan XXIII culpa al "sistema capitalista" de la situación económica

Teólogos progresistas denuncian la "apatía y falta de compromiso social" de la Iglesia ante la crisis

V.V.

Este fin de semana los católicos se han reunido en la XXIX edición del Congreso de Teología Juan XXIII para hablar de El cristianismo ante la crisis económica. Pero no ha sido la Iglesia en pleno quien ha abordado el tema: de hecho, ningún miembro de la jerarquía eclesial ha acudido a este congreso en el que se dan cita como ya es habitual los sectores más progresistas del cristianismo. En el cónclave, se denunció precisamente “la apatía y la falta de compromiso social de las confesiones religiosas” que se “preocupan más por cuestiones de poder” que por “denunciar las injusticias de un sistema que atenaza a los más necesitados”.
La última edición del Congreso de Teología organizado por la asociación de católicos progresistas Juan XXIII no ha tenido pelos en la lengua a la hora de culpar al “sistema capitalista” que “permite que unos pocos se enriquezcan a costa del empobrecimiento de las mayorías populares”. Pero tampoco han tenido reparos en denunciar “la apatía y falta de compromiso social de las confesiones religiosas, que se preocupan más por cuestiones de poder y por seguir defendiendo situaciones de privilegio en el terreno económico y social que por denunciar las injusticias de un sistema que atenaza a los sectores más necesitados”.

La Iglesia, más preocupada por el poder
En esta línea se manifestó el teólogo Juan José Tamayo, secretario de la asociación Juan XXIII, que insistió en que “a nivel institucional” no hay “sensibilidad” de la Iglesia con los más afectados por la crisis. “La jerarquía debería haberse movilizado como institución y haber hecho una campaña de concienciación de los cristianos, pero está más preocupada por cuestiones de poder. Está en conflicto con el Gobierno, pero no por exigir políticas sociales a favor de los más vulnerables, sino por mantener o aumentar sus privilegios”, lamentó.

Un "nuevo orden mundial"
Sin contar con la presencia de ningún miembro de la jerarquía católica, el congreso instó a activar “la mejores tradiciones de justicia, igualdad y solidaridad de todas las religiones” para lograr “introducir un cambio radical en el comportamiento social”. “Se ha evidenciado la necesidad de construir un nuevo orden mundial –político, económico, jurídico- alternativo al neoliberalismo, basado en la cooperación, la solidaridad y capaz de llevar a cabo controles efectivos del actual sistema financiero para evitar los abusos que se producen sistemáticamente”, se apunta en las conclusiones del encuentro.

"Prueba de fuego" para las conciencias
Para estos teólogos, la crisis es una “prueba de fuego” para “la conciencias de muchos cristianos, al cuestionar su nivel de solidaridad comprometida”. Por ello, proponen mirar la crisis “no solo desde una óptica económica, sino desde un punto de vista sociológico y, sobre todo, con una profunda sensibilidad cristiana”. Según apuntaron, la crisis es “una realidad de injusticia económica excluyente de los más necesitados y vulnerables”. Además, aseguraron que “no solamente la economía y la política” se encuentran en crisis, sino que también lo están “la fe y la ética”, por lo que es el momento de tomar una “opción preferencial por los pobres”.

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