Cataluña, Baleares, Madrid y Valencia, las que más pagan al Estado, de todas las CC. AA. según las balanzas fiscales hechas públicas.
Pero no hay que olvidar, que también se deberían publicar las balanzas de pagos o comerciales, ya que estas suministran información detallada sobre todas las transacciones financieras entre las CC. AA.
Balanza comercial = exportaciones – importaciones.
Esta diferencia, según sean las importaciones y las exportaciones, será positiva o con superávit comercial o negativa es decir, déficit comercial.
Y está claro que Cataluña, Madrid, Valencia tienen superávit, mientras Extremadura, Asturias y Galicia, son deficitarias.
Y el dinero de las que mantienen superávit, lo consiguen por las ventas y servicios que hacen a las que mantienen déficit comercial.
Por lo tanto, solidaridad si, pero menos. Y expolio, como vociferan los catalanes, menos aún.
Se aprovechan de la mano de obra de Andalucía, Extremadura, Galicia etc. Si les pagan 5 es porque producirán 6, esta mano de obra paga sus impuestos en las CC. AA. con superávit, nos venden los productos a las comunidades deficitarias, y encima le llaman expolio. Que ironía.
15 julio 2008
'IN MEMORIAM' DE RUBEN.
Cerraste los ojos antes que los Ángeles de envidia te los quitaran,
a pesar de que el sol los añorara y llorara.
Tus párpados sellaron para que no separaran
las estrellas del cielo, y las almas humanas.
BUEN DEPORTISTA, BUENA PERSONA, BUEN HIJO. El equipo de este blog les da su más sentido y sincero pésame a sus padres , familiares y amigos. Que en Paz Descanse.
Si nuestros ojos no pueden verlo, sea por lo menos siempre, el objeto de nuestro recuerdo. Y si ya no podemos hablar con él, jamás dejaremos de hablar de él.
Perdimos un ser que tanto amábamos en la tierra; pero nos queda la esperanza de que por sus muchas virtudes, Dios lo eligió para el cielo, desde donde vela por nosotros.
HAMILTON NAKI
Hamilton Naki, un sudafricano negro de 78 años, murió a finales de mayo de 2005. La noticia no figuró en los diarios; pero su historia, es una de las más extraordinarias, del siglo XX. El cine lo bautizo como “El cirujano clandestino”. Naki fue un gran cirujano. Él fue quien retiró el órgano del corazón de la donadora, para ser transplantado en el pecho de Louis Washkanky en 1967, en Ciudad del Cabo, África del Sur, en la primera operación de transplante cardíaco humano, con éxito. Es un trabajo delicadísimo. Porque el corazón donado, tiene que ser retirado y preservado con el máximo cuidado. Naki era tal vez el segundo hombre más importante del equipo que hizo el primer transplante cardíaco de la historia.
Pero no podía aparecer públicamente; porque era negro, en el país del apartheid. El cirujano-jefe del grupo; el Dr. Christian Barnad, se transformó en una celebridad instantánea. Pero Hamilton Naki, no podía salir en las fotografías del equipo. Y cuando apareció en una; por descuido, el hospital informó que era un empleado del servicio de limpieza.
Naki usaba chaleco y máscara, pero jamás estudió medicina o cirugía. Había abandonado la escuela a los 14 años para ser jardinero en la Escuela de Medicina, de la Ciudad del Cabo. Pero aprendía de prisa y era curioso. Cambió e hizo toda la clínica quirúrgica de la escuela; donde los médicos blancos, practicaban las técnicas de transplantes en perros y cerdos. Comenzó limpiando los chiqueros. Aprendió cirugía presenciando experiencias con animales. Se transformó en un cirujano excepcional; a tal punto, que Barnard lo requirió para su equipo. Se quebrantaban las leyes sudafricanas del apartheid; cuando un negro como Naki, operaba pacientes o tocaba la sangre de blancos.
Pero el hospital hizo una excepción para él; y se transformó en un cirujano ‘clandestino’. Era el mejor y dictaba clases a los estudiantes blancos; pero ganaba salario de técnico de laboratorio lo máximo, que el hospital podía pagar a un negro. Vivía en una barraca sin luz eléctrica ni agua corriente, en un gueto de la periferia.
Hamilton Naki enseñó cirugía durante 40 años y se retiró con una pensión de jardinero de 275 dólares, por mes. Pero eso no le importó. El siguió estudiando y dando lo mejor de sí, pese a su discriminación. Después que el apartheid acabó, ganó una condecoración y un diploma de médico honoris causa.
Pese a su clandestinidad y discriminación, jamás dejó de dar lo mejor de sí y su pasión por ayudar a vivir y nunca reclamó por las injusticias que sufrió en su vida entera.Dr. HAMILTON NAKI
Pero no podía aparecer públicamente; porque era negro, en el país del apartheid. El cirujano-jefe del grupo; el Dr. Christian Barnad, se transformó en una celebridad instantánea. Pero Hamilton Naki, no podía salir en las fotografías del equipo. Y cuando apareció en una; por descuido, el hospital informó que era un empleado del servicio de limpieza.
Naki usaba chaleco y máscara, pero jamás estudió medicina o cirugía. Había abandonado la escuela a los 14 años para ser jardinero en la Escuela de Medicina, de la Ciudad del Cabo. Pero aprendía de prisa y era curioso. Cambió e hizo toda la clínica quirúrgica de la escuela; donde los médicos blancos, practicaban las técnicas de transplantes en perros y cerdos. Comenzó limpiando los chiqueros. Aprendió cirugía presenciando experiencias con animales. Se transformó en un cirujano excepcional; a tal punto, que Barnard lo requirió para su equipo. Se quebrantaban las leyes sudafricanas del apartheid; cuando un negro como Naki, operaba pacientes o tocaba la sangre de blancos.
Pero el hospital hizo una excepción para él; y se transformó en un cirujano ‘clandestino’. Era el mejor y dictaba clases a los estudiantes blancos; pero ganaba salario de técnico de laboratorio lo máximo, que el hospital podía pagar a un negro. Vivía en una barraca sin luz eléctrica ni agua corriente, en un gueto de la periferia.
Hamilton Naki enseñó cirugía durante 40 años y se retiró con una pensión de jardinero de 275 dólares, por mes. Pero eso no le importó. El siguió estudiando y dando lo mejor de sí, pese a su discriminación. Después que el apartheid acabó, ganó una condecoración y un diploma de médico honoris causa.
Pese a su clandestinidad y discriminación, jamás dejó de dar lo mejor de sí y su pasión por ayudar a vivir y nunca reclamó por las injusticias que sufrió en su vida entera.Dr. HAMILTON NAKI
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