28 agosto 2009

MIGRAÑA

Ante la migraña, no hay refundación que se resista. Mi hijo la padece, desde hace años, y su vida es un sinvivir. Siempre te parece, a su lado, que le hablas demasiado alto, que te mueves demasiado deprisa, que respiras demasiado fuerte, que necesitas poquisima luz, que el timbre de tu teléfono móvil está ajustado a un volumen fronterizo con la tortura...

Está fastidiado a pesar de que le han hecho de todo, punciones en la frente, sesiones de noséquéterapia, de que ha viajado a visitarse con la crème de la crème... Ronda los treintaytantos y su dolencia, tenaz e implacable como una maldición, remite cuando le parece o le ataca por la espalda al menor descuido, o enarbola la razón del porquesí para preñar su vida del dolor más atroz, inacabable, gratuito y esclavo.

Con el arrojo de quien se yergue contra la injusticia, o acaso con la desesperación de quien no tiene otra que hacer algo, mi hijo no se da por vencido y se asocia y edita libros divulgativos sobre el tenebroso mal que tan profundo le afecta, empeñado en encontrar para sí mismo y sus hermanos en el perpetuo malestar alguna solidaridad, alguna solución que se parezca remotamente al alivio de su pertinaz dolencia, ante la indiferencia de la administración del Estado que ni siquiera se ha dignado considerar como crónica esta trágica enfermedad, feroz donde las haya, y susceptibles por tanto quienes la padecen de percibir de la Seguridad Social el tratamiento que por dolor e incapacidad sobrevenida les corresponde. Ni más ni menos que el mismo que ya desde hace tiempo reciben quienes padecen de migraña en Europa.

LAS RELIGIONES Y SUS PROHIBICIONES

Las privaciones, en especial, las privaciones sensoriales parecen ser requisito indispensable de la mayoría de las religiones en el mundo.
Y la campeona en este aspecto resulta ser, tomando en cuenta a los cristianos, la Iglesia Católica. La iglesia católica es la denominación cristiana que más prohíbe a sus propios trabajadores, es decir, sacerdotes y monjas, muchos placeres mundanos (esto es, en teoría, porque en la práctica, las cosas son muy diferentes). Entre las privaciones sensoriales más notables está la referida al aspecto sexual: ni sacerdotes ni monjas pueden tener relaciones sexuales ni masturbarse.
Ambas cosas son muy mal vistas por las autoridades católicas. Además, este pensamiento se ve respaldado por uno de los padres de la Iglesia Católica, San Pablo:

“En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer; pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido… Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.”

1 Corintios 7, 1-9.

Hablemos de los sacerdotes, ya que, como bien se sabe, por razones biológicas y evolutivas, los hombres y las mujeres difieren, entre otras cosas, en los apetitos sexuales y en los factores que lo desencadenan. Las mujeres tienen un mayor control sobre su sexualidad y sobre sus apetitos sexuales, además de que necesita de estímulos totalmente diferentes a los del hombre para “entrar en calor”. Por su parte, el hombre es más sensible en cuanto a las cosas que lo estimulan sexualmente. Mientras que la mujer necesita, por lo general, toda una atmósfera de romanticismo y algo de contacto corporal, el hombre se estimula fuertemente de manera visual y no necesariamente requiere de una atmósfera romántica para excitarse. Esta diferencia tiene una perfecta explicación en términos evolutivos, aunque no entraré en más detalles al respecto por ahora.
El hecho de que un sacerdote tenga que mantenerse casto de por vida sin siquiera poder masturbarse para aliviar su, de por sí, insano voto, es un atentado contra su propia fisiología y salud mental. Pero, ¿eso qué importa si se tiene en mente una vida posterior perfecta y eterna?
Lo que me pregunto yo es que, de cumplir todos los sacerdotes sus votos de castidad y de no masturbarse, entonces ¿no deberían utilizar ellos algún implemento o dispositivo desechable que permita contener el semen expulsado de manera natural?
Me explico. Un hombre que tiene relaciones sexuales periódicamente, expulsará una cantidad determinada de semen como producto de dicho contacto sexual. Si el mismo hombre dejara de tener relaciones sexuales, entonces el semen producido tendrá que salir de algún modo tarde o temprano. Si bien es cierto que una parte se reabsorbe de no haber eyaculaciones, también lo es el hecho de que se presentarán las famosas “poluciones nocturnas”.
Ahora, si un hombre hace un voto de castidad, en el que se le está prohibido tener relaciones y masturbarse, entonces es lógico y esperable que estas poluciones se presenten con relativa frecuencia. Sin embargo, no creo que exista ningún dispositivo desechable que sirva de colector de emisiones de semen, como el que mencioné anteriormente. Y digo esto porque sería muy improbable esperar que los sacerdotes estén dispuestos a limpiar cada cierto número de días, sus sábanas y sus ropas de dormir a causa de este inconveniente. ¡Algo se tiene que hacer al respecto!
Lo que sí es más probable, es que, como mínimo, los sacerdotes recurran a la masturbación como medio para aplacar sus, peligrosamente cohibidos, deseos sexuales. Y si la masturbación no es suficiente para tal objetivo, entonces se darán casos (existentes y documentados en todo el planeta) de affairs entre sacerdotes y monjas, sacerdotes y mujeres asistentes a su parroquia, o lo que es peor, los casos de violaciones a menores estarán a la orden del día.
Y es que todo está muy claro: la regla del voto de castidad, impuesta por la Iglesia Católica a todo aquel que quiera pertenecer a ella como servidor permanente, es absolutamente antinatural y peligrosamente insana. No puede resultar nada bueno de tal norma. A este respecto, otras denominaciones cristianas manejan mejor este tema, otorgando libertad a sus pastores (a veces exhortándolos) para que se casen y tengan hijos.
Por esto, no es curioso que las mayores tasas de violaciones y abuso sexual a menores se encuentren en el seno de la Iglesia Católica. Es un lamentable y despreciable subproducto de tal doctrina.
Creo que la moraleja es bastante obvia. Una norma prohibitiva e inhibitoria tan tajante como la anterior, y que esté referida a cuestiones biológicas, no puede ser más que perjudicial y cruel. Ya sea que se prohíba el consumo de alimentos, que se inhiban las aspiraciones materiales normales de una persona, o que se prohíba el correcto goce sexual, constituye un acto irracional que no analiza las consecuencias finales que se derivarán de este tipo de prohibiciones. Las privaciones sensoriales de cualquier tipo, llevadas al extremo, son altamente perjudiciales para la persona que las sufre o, incluso para el entorno de dicha persona. Y una muestra lamentable de esto, son los millones de casos de abuso sexual perpetrado por sacerdotes en todo el mundo y a lo largo de toda la historia del catolicismo.

TODOS LOS DIOSES VIENEN DEL MISMO SITIO

Madalyn Murray O'Hair escribió en 1978 ¿Sabías que todos los dioses vienen del mismo lugar? un libro para niños ilustrado por Joe Kirby. Comienza así:

Había un tiempo en que la gente era como los niños. No sabían leer ni escribir. Nunca iban al colegio. No sabían ni siquiera cómo construir casas como la casa en que tú vives. No sabían qué causaba la lluvia, el trueno, ni los relámpagos.Y si pescaban un resfríado o se enfermaban, no sabían por qué ni cómo curarse.

Pero esa gente tenía una gran habilidad: podía pensar, podía imaginar. Utilizó su pensamiento para resolver muchos de esos problemas, y cuando el pensamiento no fue suficiente, usó su imaginación. Imaginó dioses a su imagen y semejanza, seres omnipotentes que movían los hilos de las cosas inexplicables. Nuestros antepasados también sufrían, y tenían miedo de lo desconocido, y miedo de morir, así que inventaron elaboradas fantasías que les dieran la esperanza de vivir para siempre. Las mejores de esas fantasías han perdurado, se han ido mezclando a lo largo del tiempo y forma el canon de las religiones establecidas.

Pero ya no necesitamos más fantasías, menos aún que unos pocos lucren con ellas ofreciendo falsas esperanzas a los más débiles. Como los niños abandonan sus juguetes y muñecas cuando crecen, nosotros podemos dejar atrás el falso consuelo de fantasías infantiles, y buscar un camino de felicidad que conduzca a la madurez de nuestra especie.

Como consecuencia de dicho proceso Madalyn Murray fundó la organización American Atheists con el objetivo de luchar por los derechos civiles de los ateos y defender las libertades recogidas en la Primera Enmienda de la Constitución americana. Por ello fue insultada y calumniada por algunos sectores de la sociedad americana llegando a ser denominada por determinados medios de comunicación como la "mujer más odiada de américa".

Sin embargo su hijo Jon Murray y su nieta Robin Murray continuaron con su trabajo y hoy Madalyn Murray O'Hair es valorada realmente por las cosas que hizo. A ella se deben la primera biblioteca y archivos americanos sobre ateísmo, la primera convención nacional de ateos realizada en los Estados Unidos, así como la primera radio y programa de televisión por cable creados para difundir la opinión de los ateos.

ATEISMO

El ateo se ama a sí mismo y a su prójimo en vez de a un dios. El ateo sabe que el paraíso es algo por lo cual deberíamos trabajar ahora (aquí en la tierra) para que todos los hombres juntos lo disfruten. El ateo cree que no puede obtener ayuda a través de la oración, sino que debe encontrar en sí mismo la convicción y la fuerza interna para encontrarse con la vida, aferrarla, someterla y disfrutarla. El ateo cree que sólo en el conocimiento de sí mismo y de su prójimo puede encontrar el entendimiento que lo ayudará a vivir una vida plena de logros.
Por lo tanto, busca conocerse a sí mismo y a su prójimo más que conocer a un dios. El ateo sabe que debería construirse un hospital en vez de una iglesia. El ateo sabe que se debe realizar una acción en vez de rezar una plegaria. El ateo lucha por involucrarse en la vida, no escaparse hacia la muerte.
Quiere que la enfermedad sea sometida, la pobreza derrotada, y la guerra eliminada. Quiere que el hombre entienda y ame al hombre. Quiere una forma ética de vida. Sabe que no podemos poner nuestra confianza en un dios, ni enfocar acciones con una plegaria, ni tener esperanza de que los problemas se terminen en el más allá. Sabe que somos los cuidadores de nuestros hermanos y de nuestras propias vidas; que somos personas responsables, que el trabajo se hace aquí y que el momento es ahora.

ATEISMO Y RELIGIONES

Federico Nietzche decía que para crear una religión basta con inventar un dios, un mesías; y prohibir ciertas telas, ciertos colores, determinados alimentos y ciertas indumentarias. Y la gran mayoría de religiones de hoy en día no pueden sino darle la razón: Uno de los atributos fundamentales de las religiones del mundo es que suelen crear crímenes imaginarios; esto es, normas arbitrarias cuyo desacato no lastima realmente a ninguna persona y que no tiene ninguna conexión con aspectos de la vida diaria. En un principio, muchos cultos presentan unos orígenes de lo más sencillo, y algunos autodenominados líderes o profetas incluso tienen la osadía de insistir en que nuestro único deber como personas es amarnos unos a otros. Pero a medida que pasa el tiempo, estas religiones tienden inevitablemente a volverse complejas y elaboradas; tal y como muestran muchos de los credos tradicionales.

Los clérigos y teólogos a duras penas podrían justificar su salario si todo lo que hicieran fuese repetir las palabras de la generación anterior. Así que cada cierto tiempo salen con nuevas leyes y mandatos que pretenden purificar el corazón y acercarnos más a la vida eterna. A veces los hábitos mas triviales de sus fundadores son imitados conscientemente por sus seguidores(hasta el punto de reproducir la forma de cepillarse los dientes, como muestra este artículo de muslimmatters), atando normas vinculantes a costumbres supremamente sencillas.

Con el paso del tiempo, estas reglas se van acumulando hasta que llegan a ser abrumadoras. Una inspección rápida de las principales religiones del mundo revelará una lista de prohibiciones realmente impresionante: normas en contra de comer carne determinados días de la semana, en contra de comer ciertos animales, en contra de ingerir alimentos sin los rituales necesarios, en contra de trabajar en determinados días, en contra de cortarse- o no cortarse!- el cabello de cierta manera, en contra de pronunciar ciertas palabras, en contra de tener sexo de formas indebidas, en contra de casarse -o incluso de relacionarse- con no-creyentes o ex-miembros de la secta, etc. La lista podría ampliarse casi hasta el infinito; pero el punto es que, para muchos creyentes, la vida entera esta atiborrada de normas que para una persona normal resultan aparentemente inútiles. No exagero cuando digo que prácticamente cualquier actividad, por cotidiana que sea, ha sido prohibida por las normas de alguna secta.

Lamentablemente, debido a la violencia que engendran, estos crímenes imaginarios a menudo resultan en un daño real. Si ud tenía la desgracia de ser judío en la muy católica Europa medieval, lo más seguro es que se le terminara acusando de "profanar la hostia": Un crimen imaginario en el cual los cristianos fantaseaban con judíos robando hostias de las iglesias y atravezandolas para prolongar el sufrimiento de Jesús (el hecho obvio de que los judíos no creían en la transustanciación no parece habersele ocurrido a ninguno de ellos). A lo largo de toda Europa, turbas cristianas incitadas al frenesí por estas falsas acusaciones terminaron asesinando cientos de judíos inocentes.

La ridícula acusación de profanar la eucaristía encuentra un paralelo hoy en el delito imaginario de representar al profeta Mahoma. Siguiendo el ejemplo de los cristianos medievales, los musulmanes modernos se han mostrado más que dispuestos a recurrir a la violencia contra cualquier persona, sea o no sea musulmán, que viole la prohibición islámica sobre crear imágenes de su profeta. Una vez más, es fácil ver porque se trata de uno de los crímenes imaginarios más detestables de hoy en día: un acto como ese no hace daño a nadie, no tiene relación alguna con las necesidades o preocupaciones humanas; y sin embargo los líderes terroristas y los dementes que les siguen a pies juntillas exigen que el resto de la sociedad obedezca sus mandatos irracionales y castigue como crímenes reales delitos que solo existen en la imaginación de los ofendidos.

Con los musulmanes pretendiendo que toda la sociedad se acomode a sus preceptos de la edad de bronce, los cristianos no podían quedarse atrás. Estos, a su vez, han inventado el delito imaginario del matrimonio gay: Una causa muy humana a la que se oponen únicamente porque, según la mitología cristiana, Dios definió el matrimonio como algo entre un hombre y una mujer. Esta postura irracional y homofóbica del cristianismo, parafraseando a Mario Vargas Llosa, a contribuido a que, hasta nuestros días, el porcentaje de seres humanos de vocación homosexual viviera en una catacumba de vergüenza y oprobio, fuera discriminado y ridiculizado; y se le excluyera completamente de la unión sexual a la que todos los humanos tenemos el legitimo derecho en nombre de una supuesta normalidad representada por el heterosexualismo.

Volviendo al tema, no hay que ser ateo para darse cuenta de lo absurdo de ciertas prohibiciones. La arbitrariedad sin sentido de varios de sus mandatos ha sido reconocida incluso por los mismo creyentes:

"Que la mayoría de preceptos divinos carecen de razón es precisamente el punto que estoy haciendo. Es muy fácil no asesinar a la gente, bastante fácil. No robar es un poco más difícil porque uno se siente tentado de vez en cuando. Por lo tanto, que no robo o no asesino no es una gran prueba de que creo en Dios y me preocupo por cumplir su voluntad. Pero si me dice que no puedo tomar café con leche para acompañar mi carne picada a la hora del almuerzo, eso si que es una prueba. La única razón por la que lo hago es porqué el me lo ha dicho." (fuente)

Una vez más, ingerir una mezcla "prohibida" de alimentos no va a matar a nadie, mucho menos comérselos sin el ritual religioso adecuado. Solo por repetir el refrán al que ya estamos acostumbrados: Se trata de una creencia que no tiene ningún efecto tangible sobre el mundo real, no lastima a nadie y no tiene relación con las preocupaciones o aspiraciones humanas. Desafortunadamente, en el mundo sigue habiendo millones de personas que se la toman tan en serio que cualquier transgresión, incluso de parte de un no-creyente, será recibida con una ola de fanatismo, amenazas y violencia.

Sin duda alguna, la religión también tiene muchas reglas que vale la pena seguir: amar al prójimo como a si mismo, ayudar a los pobres y a los necesitados, promover la paz y la sabiduría, etc. Sin embargo, estas normas son buenas precisamente porqué tienen efectos positivos tangibles sobre la calidad de vida de las personas; y pueden ser justificadas sobre esa base sin necesidad de apelar a lo sobrenatural.

Por otra parte, creo que cualquier norma que solo pueda justificarse apelando a la voluntad de Dios es, por definición, inútil y arbitraria. Dichas normas no tienen ninguna conexión con nuestra realidad o nuestras aspiraciones, obedecer estas reglas no nos hace moralmente mejores; peor aún, nos hace peores en cuanto tienden a suscitar un odio irracional contra quienes denominan estos crímenes imaginarios como lo que son y no se sienten obligados a cumplirlos.

Basado en un post de Daylight atheism

RAJOY LOBO O CORDERO

Parece que Mariano Rajoy Brey ha decidido abandonar -sin dar explicaciones ni pedir disculpas- el frente de las escuchas telefónicas ilegales. Sus bandazos son conocidos. El líder de la derecha da la impresión a veces de que es un cordero que, sin embargo y de repente, se transforma en lobo. Pero incluso cuando va de lobo se las apaña para proyectar, si le conviene, una imagen distorsionada de la realidad –lo que sin duda le entusiasma- de modo que se lanza a evocar “un mundo al revés”.
Hace suyo el poema del fallecido José Agustín Goytisolo y se queda tan ancho. Al fin y al cabo, la capacidad de la derecha para practicar la apropiación indebida de cuanto le interesa carece de límites. Recordemos parte de la letra de Gytisolo: “Érase una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos”. Ese lobito bueno –el que habitaba en los sueños del querido y admirado José Agustín- también es Rajoy.

El jefe de los genoveses
En realidad, el jefe de los genoveses lo es todo. O casi. Pretende ser perejil de todas las salsas. No desaprovecha ocasión para pasarse de frenada y exhibir su inagotable tendencia a la irresponsabilidad. Ansía contemplar la caída de José Luís Rodríguez Zapatero. Dispara compulsivamente cada vez que cree –y ello sucede muy a menudo- que el presidente enseña la cabeza. Ahora critica al Gobierno por la gripe A.

Inefable lorito
Cuando aparecieron los primeros síntomas a escala mundial de esta nueva pandemia y parecía que se había apoderado de nuestros soldados, ya salió el inefable lorito Esteban González Pons -impertérrito portavoz de calamidades- y pasó el tanto de culpa a la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, impecable gestora hasta el momento, y de rebote a la ministra de Defensa, Carme Chacón.

El lobito/cordero –cuyos piratas de la trama Gürtel, siguiendo con el bello relato de Goytisolo, no son precisamente honrados- fue desleal con el Gobierno y el resto de partidos en el proceso de paz que hubo en Euskadi. Actuó como un político estrictamente partidista o sectario y procuró sacar beneficios electorales de una cuestión de Estado. Montó la marimorena y llenó las calles con manifestaciones -de derecha extrema y extrema derecha-, orientadas no a condenar a ETA, sino a insultar a Zapatero y desgastar así al Ejecutivo. El lobito/cordero acusó a Zapatero, en sede parlamentaria, de haber “traicionado a los muertos”.

Cara lavada
Luego ha continuado igual, tras haberse lavado la cara –objetivo que no consiguió- cambiando a Ángel Acebes por María Dolores de Cospedal y a Eduardo Zaplana por Soraya Sáenz de Santamaría. Cospedal, hace unas semanas, se sacó de la manga el asunto de las escuchas y llegó a afirmar además, en medio de un vendaval de despropósitos, que Interior prefería perseguir al PP que a los terroristas.

Llegado del planeta Marte
En cuanto a la crisis económica, cualquier observador recién llegado del planeta Marte no tardaría en darse cuenta de que el PP no sólo no ha cooperado con el Gobierno en un trance que interesa al conjunto de los ciudadanos de este país, sino que ha ido amontonando obstáculos para evitarlo. Ese observador sabría al cabo de pocos días de estancia en España que el PP lo que espera es una debacle económica irreparable. Sobre tales ruinas Rajoy se erigiría presidente del Gobierno de la salvación.

Ave de rapiña
¿Lobito/cordero? ¿Cordero/lobito? Más exacto sería, ave de rapiña, ave carroñera. La cúpula del PP ora a sus dioses para que el Gobierno Zapatero se hunda. Esto es lo que busca –está a la vista-, con anhelo y nerviosismo irrefrenable. Cuanto peor, mejor. Si se trata de una pandemia de gripe distinta de la tradicional, pues bienvenida la enfermedad en la medida que desacredite al Gobierno. Siempre hay algún señorito afín que escribe en ABC escorias cuarteleras y divierte a la derechona diciendo que la gripe A tendría que denominarse gripe ZP.

Enric Sopena es director de El Plural