Un equipo de científicos españoles, coordinado por la Unidad de Inflamación y Cáncer del Instituto de Salud Carlos III, ha demostrado el potencial antitumoral de la hispanolona, una molécula obtenida de plantas silvestres muy comunes en la Península Ibérica y presentes en la flora de la Comunidad de Madrid.
El trabajo, realizado en colaboración con el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC-UAM) y el departamento de Farmacología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, lo publica este mes la revista Oncogene.
En los últimos años, se ha producido un gran avance en el conocimiento de dianas moleculares que puedan aplicarse a la búsqueda de nuevas herramientas para el diagnóstico, prevención y tratamiento de las enfermedades humanas.
En este sentido, según ha informado el Instituto de Salud Carlos III, la búsqueda de nuevas estructuras de origen natural y el diseño de modificaciones que aumenten la actividad terapéutica y que puedan servir como cabeza de serie ("leads") sigue constituyendo la base del desarrollo de nuevos fármacos.
Los productos naturales desempeñan un papel fundamental en el descubrimiento de medicamentos, particularmente en los utilizados para abordar el cáncer, donde el 60% de los mismos son de origen natural.
El equipo autor del trabajo, a partir especies vegetales de la familia Labiatae, como la Ballota hispanica -conocida como manrrubio rojo- y la Galeopsis angustifolia Hoffm, muy comunes en la flora silvestre de la Península Ibérica y de la Comunidad de Madrid, obtuvo una serie de derivados cuyos efectos antitumorales se evaluaron en modelos in vitro e in vivo.
Los resultados del trabajo describen que los derivados de la molécula obtenida, la hispanolona, inducen apoptosis -un tipo de muerte celular- en diferentes líneas celulares de tumores a través de la activación de una vía de señalización que implica una serie de receptores presentes en las membranas de las células.
Especialmente relevante fueron los datos que indican un efecto sobre los receptores TRAIL, una diana específica de las células tumorales ya que no está presente en las normales.
Además, datos preclínicos indican que estos derivados presentan poca toxicidad para las células normales, son más eficaces que otros compuestos de estructuras químicas semejantes y, lo que es más interesante, presentan una alta eficacia en líneas celulares de leucemias.
Según Sonsoles Hortelano, jefa de la Unidad de Inflamación y Cáncer y coordinadora del estudio, "el dato más relevante para su aplicación clínica, es que el tratamiento con los derivados de hispanolona inhibió significativamente el crecimiento de tumores en modelos animales lo que apunta a que este hallazgo podría proporcionar nuevas estructuras que puedan servir de guías en el desarrollo de nuevos productos de interés farmacéutico.
Esta británica pesaba 31 kilos y estuvo a punto de morir por desnutrición. Ahora anima a otros jóvenes a superar esta enfermedad
Día 13/03/2012 - 11.38h
Harriet Smith estuvo a punto de morir cuando rozó los 31 kilos midiendo 1,75 metros. Esta británica de 26 años sufría anorexia, enfermedad que ha tardado más de 12 años en superar pero cuya historia necesita contar para que sirva de ayuda a otros jóvenes con el mismo problema.
Con la ayuda de su familia y un grupo de médicos, Smith ha logrado ponerse en 61 kilos y ahora su máxima ilusión es entrenarse para correr la maratón de Londres cuyos beneficios irán destinados a una asociación que ayuda a animales abandonados.
«Estaba obsesionada. Antes corría hasta quedar agotada, solo para perder grasa y adelgazar. Ahora lo hago por alegría y para estar bien físicamente», confiesa esta joven británica al diario «Daily Mail».
Harriet Smith empezó a desarrollar la anorexia a los 14 años cuando empezó a verse gorda y a perder peso. Incluso cuando llegó a pesar 31 kilos, la joven se veía gorda. Su índice de masa corporal era de tan solo 10 cuando la cifra crítica es de 18,5.
«A semanas de morir»
«El doctor me dijo: "estás a semanas de morir, tu corazón dejará de latir’», relató Smith, quien fue internada en una clínica especializada en estas trastornos alimenticio durante un año en la que fue alimentada de manera artificial.
«Mi padres y mis dos hermanos me apoyaron mucho y ahora estoy en un 99,9 % recuperada. Todavía hay un minúsculo resto de anorexia en mi mente y todavía tengo alguna luchas internas por esto», confiesa la joven.
«Nunca pensé que llegaría a donde estoy hoy. Nunca me sentí tan completa y espero que mi historia inspire a otros. Lleva tiempo pero se puede lograr, yo soy el ejemplo», confesó al diario británico.