El expresidente del Gobierno Felipe González alertó este jueves a los políticos de que si no alcanzan pronto un pacto que implique también a médicos y ciudadanos, el Sistema Nacional de Salud (SNS) saldrá de la crisis "más debilitado", en lugar de más fortalecido, como, según opinó, debería ocurrir.
Este pacto, explicó González en un desayuno informativo organizado por Europa Press, es la piedra angular de una reforma profunda que incumbe tanto a prestadores de servicios como a receptores y que no debería incluir, agregó, el copago, al menos tal y como está concebido ahora mismo.
A su parecer, el copago, para que no sea "injusto", debe aplicarse con un sistema de gradación establecido en función de la renta de los usuarios y, por supuesto, respetarse.
Sin embargo, el expresidente del Gobierno apuesta por dar un carácter finalista a determinados impuestos, que podría concretarse, por ejemplo, en destinar parte o la totalidad de los impuestos del tabaco o del alcohol al sistema público de salud, ya que estas dos drogas, opina, "son las que más fastidian a la salud".
Además de la imposición finalista para la sanidad, el expresidente aboga por suprimir niveles administrativos como el de las diputaciones y por reagrupar ayuntamientos, ya que, asegura, "no podemos soportar 8.300 municipios".
En su opinión, los políticos tienen todavía más margen de maniobra para dar a la sanidad un punto más del Producto Interior Bruto (PIB), que es lo que en principio necesita, si cambian la concepción de algunos aspectos y dejan de construir, por ejemplo, "grandes centros" médicos para atender a enfermos crónicos a los que se puede tratar desde la Atención Primaria o, incluso, en sus domicilios.
Igualmente, la clase política debe empezar a pensar, según su parecer, en la importancia que tiene la productividad en el sistema económico en general y, por tanto, dentro también del sanitario. "Tenemos que ligar los salarios a la productividad", opina González.
MÉDICOS Y CIUDADANOS
Pero, a su juicio, no sólo los políticos necesitan mejorar la gestión sanitaria; también han de hacer deberes los profesionales de la salud y los mismos ciudadanos.
A los primeros les corresponde, en su opinión, la tarea de educar en la cultura de la prevención a los segundos, quienes, a su vez, deben
usar los servicios de salud y los medicamentos de forma racional.
Para Felipe González, la gran dificultad para alcanzar un gran pacto por la sanidad está en el hecho de que los políticos "no tienen sensación de que es una emergencia". Esa sensación, considera, llegará hasta el PP cuando esté en La Moncloa y, probablemente, irá desprendiéndose del PSOE si sale del Gobierno.