EUROPA PRESS - Madrid - 22/11/2008 22:39
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, aseguró que al PP "no lo van a encontrar en la bellaquería de hurgar en odios y rencores que nadie tiene derecho a remover", sino que le van a hallar en la apertura de pensamiento, en la ausencia de dogmas y en la autocrítica.
La jefa del Ejecutivo madrileño hizo esta consideración durante su intervención en la clausura del XI Congreso regional de las Nuevas Generaciones (NN.GG.) del PP de Madrid, donde afirmó que los populares "tienen ventaja sobre los socialistas" porque pueden heredar lo que quieran y rechazar lo que deseen.
En este sentido, pidió al auditorio del Joaquín Rodrigo que pensase en cómo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, provocó el debate sobre la Guerra Civil desde su primer discurso.
"Nosotros podemos asomarnos a historia y criticar sin ambages la dictadura de Franco en lo que tenía de liberticida y podemos condenar los crímenes que llevaron a cabo comunistas, socialistas, anarquistas o falangistas, todos los podemos criticar, de la misma manera que podemos alabar actos de heroísmo y de patriotismo que se dieron en los dos bandos de aquella guerra incivil", aseveró.
Aguirre insistió en que los populares sobre todo "pueden admirar la generosidad" de todas las fuerzas políticas cuando en 1977 miraron hacia el futuro y aprobaron una Ley de Amnistía para que las querellas ideológicas y políticas nunca más fueran motivos de enfrentamiento entre los españoles.
"En el PP podemos alabar actos de heroísmo y de patriotismo que se dieron en los dos bandos de aquella guerra incivil". A su juicio, los totalitarismos del mundo "están amenazando" la libertad, un "virus" que, según dijo, tiene la capacidad de mutar. Así, recalcó que estos pueden reaparecer en los populismos latinoamericanos y reseñó que a estos "enemigos de la libertad" se les puede unir los que "ante el temor a perder sus empleos en la crisis prefieran alcanzar la falsa seguridad que engañosamente ofrecen las recetas intervencionistas". Por ello, instó a los populares a luchar constantemente contra ellos.
El Ché, "un canalla".
A lo largo de su intervención, Aguirre alabó la gestión que las Nuevas Generaciones del PP de Madrid han realizado en los últimos tres años y especialmente destacó su capacidad para "abrir los debates ideológicos que los jóvenes necesitan y desean".
"Vosotros os habéis atrevido a rechazar el relativismo moral y a decir que en la vida y en la política no todo vale y eso no está de moda. Reivindicáis cosas que están bien y que hay héroes como Miguel Ángel Blanco y canallas como el Ché Guevara, y eso no está de moda decirlo", dijo Aguirre, haciendo suya una frase que ya utilizó el presidente de Nuevas Generaciones del PP de Madrid, Pablo Casado, durante el Congreso regional del PP de Madrid que se celebró en el mes de septiembre.
La presidenta del PP de Madrid, que consideró que Casado ha sido un magnífico presidente de la organización juvenil, subrayó que las NN.GG. "se han atrevido a remover las aguas de la corrección política y a criticar los dogmas de fe progresista".
Asimismo, indicó que los jóvenes populares se han revuelto contra el intervencionismo del Estado porque defiende que es el Estado quien tiene que dar servicios a los ciudadanos y no al revés. "Es importante decirlo ahora cuando en crisis algunos quieren acercar su sardina al estatalismo", apostilló.
Valentía política
Desde su punto de vista, es importante que en momentos de crisis, los jóvenes tengan "la valentía política" para señalar que la causa de la crisis "es la intervención del organismo estatal que ha cumplido mal la misión de control que tenía asignada".
También señaló que las Nuevas Generaciones se han atrevido a rechazar un sistema educativo "que desprecia el esfuerzo" y que ha fracasado pero que los socialistas "mantienen" a pesar de que, a su entender, "está perjudicando a los alumnos de las familias más desfavorecidas cuyos padres no pueden pagar una formación suplementaria".
Aguirre, que en mitad de su discurso grito un 'Viva Cuba libre' que fue respondido desde la grada con banderas cubanas y aplausos, dijo que los jóvenes populares están siendo rebeldes al llamar por su nombre a dictaduras como la castrista "o a regímenes liberticidas como el de Evo Morales o el de (Hugo) Chavez".
"Esto es rebeldía y no la de salón de los artistas de la ceja que cobran su falsa rebeldía del dinero de todos los contribuyentes españoles y lo cobran a precio de oro, ya lo habéis visto esta semana en el caso de la cúpula de Ginebra", agregó.
Finalmente, la presidenta madrileña animó a sus 'cachorros' a seguir por el camino de la libertad de pensamiento y del espíritu crítica, sin dogmas ni ataduras. "Siempre vamos a estar abierto al debate porque no somos dogmáticos, sino tolerantes, queremos confrontar puntos de vista y nos dejamos convencer con razones", concluyó.
23 noviembre 2008
AZNAR CON SU RAZON
Aznar avisa al PP de que tiene que salir «a jugar el partido y no a heredar»
Dice, a coro con Esperanza Aguirre, que sólo hay futuro con principios y sin complejos.
Noviembre 08 - Madrid - Carmen Morodo
Como en los viejos tiempos cuando estaba en prímea línea de la política. En cierta forma, José María Aznar recordó ayer desde la tribuna al político que en 2003, en plena ofensiva de la izquierda por la guerra de Irak, se calzó las botas y contra pronóstico logró que el PP ganara las elecciones autonómicas y municipales. Luego, cuando ya no era candidato, llegó la derrota de 2004.
Lleno de energía, con sentido del humor y, sobre todo, con su mensaje de siempre. El ex presidente del Gobierno barrió ayer de calle en el congreso de los jóvenes populares madrileños, al que no asistió ningún miembro de la actual cúpula de Génova, ya que estaban ocupados –según explicaron– con los otros congresos territoriales del partido. Sí asistieron bastantes diputados nacionales. La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, le cedió el puesto de honor de la clausura y él lo aprovechó para hurgar sin piedad en todos los puntos flancos del adversario, de Rodríguez Zapatero, y para dejar mensajes en clave interna. «El Gobierno no tiene principios ni complejos» y a eso se le llama «desfachatez o descaro», advirtió, con cierta retranca. A coro con la presidenta madrileña reivindicó la libertad y alertó sobre aquellos que ahora aprovechan la crisis para recuperar posiciones intervencionistas de la «socialdemocracia apolillada». También de la mano de ella apeló a los «principios», esa palabra con tanta carga interna después de que en el congreso de Valencia fuera levantada como bandera por el sector más crítico con la gestión de la renovación impulsada por Mariano Rajoy. Sin principios y con complejos no hay futuro, alertó Aznar. Como tampoco lo hay –de acuerdo con su experiencia– cuando el PP no juega el partido pensando en ganar, sino en «heredar» del adversario. A buen entendedor con pocas palabras basta, y en las filas populares esta advertencia se interpreta como un claro toque de atención ante la teoría, defendida por miembros de la dirección nacional del PP y por asesores áulicos de Rajoy, de que no hay que movilizar al contrario y hay que hacer una oposición de perfil plano. Todo proyecto, recalcó, necesita de un buen entrenador, una buena estrategia, una buena oposición y salir a ganar.
El presidente de FAES recordó al PP que tiene la obligación de recuperar la oferta de un gran proyecto nacional que coloque a los españoles fuera del «saco de la resignación». El problema económico es muy grave –«la crisis va a ser muy larga y muy dura»–, y, ante esto, su receta es decirle la verdad a los españoles y tener coraje para tomar las decisiones, por antipáticas que sean, que necesita el país. Pero, además, Aznar considera que el PP no debe abandonar el discurso españolista, es decir, que tiene que continuar siendo el partido que «defiende los valores que unen a todos los españoles». «Necesitamos recuperar el rumbo de un futuro que diga que queremos volver a ser una de las mejores democracias del mundo y que no queremos que nos sigan prestando sillas», sentenció.
AÑADIDO POR EL BLOG:¡VUELVE ENTRENADOR AZNAR, QUE SIN TI NO GANAMOS NINGUN PARTIDO!.
AZNAR Y AGUIRRE Y SU OFENSIVA IDEOLÓGICA
Aznar y Aguirre lideran la ofensiva ideológica en el PP contra Rajoy
Los ultraliberales exigen al líder del partido que salga "a ganar" y no "a heredar"
CARLOS E. CUÉ - Madrid - 23/11/2008
Esperanza Aguirre, José María Aznar y Pablo Casado, presidente de las Nuevas Generaciones de Madrid, ayer en el congreso de Madrid.MANUEL ESCALERA - 23/11/2008
En el PP no existen ya las semanas tranquilas. Mariano Rajoy, que aún trata de recuperarse de la dolorosa ruptura con UPN, sufrió ayer un nuevo incendio, y de los grandes, cuando su mentor, José María Aznar, el hombre que decidió colocarlo al frente del PP en 2003, subió a una tribuna madrileña y, rodeado de jóvenes aguirristas que le gritaban "presidente, presidente", lanzó una durísima carga de profundidad contra su heredero. "Necesitamos un gran entrenador, equipo y estrategia, pero sobre todo, si salís al partido, salir a ganarlo. En política no se está ni para empatar ni para heredar, se está para ganar. Cuando hemos salido a ganar el partido lo hemos ganado, y cuando hemos salido a heredarlo, nos quedamos sin nada".
No era un discurso nuevo. Pero sí era la primera vez que alguien lo pronunciaba públicamente. Hasta ahora, esa idea la trasladaban en los pasillos esos dirigentes críticos a los que María Dolores de Cospedal, la secretaria general, descalificó en una entrevista en EL PAÍS por su cobardía. Es la tesis del sector crítico, que sostiene que Rajoy hace una oposición moderada porque cree que basta con esperar a que la crisis económica acabe con el PSOE, que "heredará" a José Luis Rodríguez Zapatero de la misma manera que heredó el liderazgo en el PP de la mano de Aznar.
El aún presidente de honor se tiró a la yugular de la izquierda, pero con cada golpe daba, de paso, otro a Rajoy. Y todo con la misma idea de fondo, la que expresó Esperanza Aguirre cuando subió a la tribuna de oradores antes que él, y también Pablo Casado, líder de Nuevas Generaciones de Madrid. El PP, sostuvieron los tres, debe dar sin complejos la batalla ideológica contra la izquierda si quiere volver al poder. Debe defender el liberalismo, no aceptar que la crisis ha puesto en duda el modelo de economía ultraliberal desregulada de EE UU, y lanzarse al ataque.
"Defended vuestros principios siempre y sin complejos", le gritó Aznar a los jóvenes, entregados. "Los que tienen que tener complejos son esos progres apolillados y de pacotilla que hacen políticas rancias. Nuestras ideas son mejores que las suyas. [...] Para llegar al Gobierno primero hay que construir una alternativa, ejercer una buena oposición, proponer proyectos diferentes".
Aguirre, en un tono más suave pero con el mismo fondo, también reivindicó la batalla ideológica. Los jóvenes de Casado han aprobado una ponencia ultraliberal en contra del salario mínimo y reclaman, por ejemplo, el fin de los liberados sindicales y que las centrales se autofinancien y no reciban dinero público, algo que no propone ningún partido europeo asociado con el PP. La ponencia ha provocado polémica, y Aguirre la defendió a ultranza. "Los jóvenes del PP suscitáis interés porque os habéis atrevido a abrir los debates ideológicos que la sociedad española necesita. Está de moda decir que no está claro qué es verdad y mentira, qué está bien o mal. Pero sí que hay verdad y mentira, y hay héroes como Miguel Ángel Blanco y canallas como el Che Guevara". El auditorio en Las Rozas, zona residencial de lujo cerca de Madrid, se caía.
En este aquelarre liberal y sin complejo sólo habló un representante de la línea moderada que gobierna el PP. Fue Nacho Uriarte, líder nacional de Nuevas Generaciones, muy distante de su colega madrileño, y que alabó el papel de los "agentes sociales", esto es, los sindicatos, y pidió que, "por convicción o por obediencia" nadie en el PP "haga nada que desvíe del objetivo de ganar las alecciones".
Fue inútil. Los dos grandes derrotados del congreso de Valencia, Aguirre y Aznar, acompañados de Manuel Pizarro y diputados críticos como Gabriel Elorriaga, no citaron ni una sola vez a Rajoy, algo ya en sí muy significativo. Pero con sus discursos dejaron en evidencia la guerra ideológica que vive el PP. Mientras los ultraliberales defienden que la crisis mundial es obra de la excesiva regulación -"ahora que algunos abrazan las falsas recetas del intervencionismo, pero la culpa es de los organismos que han regulado mal", dijo Aguirre-, Rajoy, que ayer estaba en Almería, ha apoyado el plan de 150.000 millones de euros para ayudar al sistema financiero -una medida intervencionista de manual-, critica en sus discursos a los tiburones especuladores y reivindica la cultura empresarial tradicional, un discurso clásico de la democracia cristiana alemana y de la cultura protestante.
Algunos marianistas sostienen que les conviene que se vea claramente las diferencias entre Aguirre, Aznar y Rajoy, porque esto centra la imagen del líder, algo imprescindible para desactivar el voto anti-PP que tanto daño les hizo en las generales, especialmente en Cataluña. La batalla ideológica interna no ha hecho más que comenzar.
Los ultraliberales exigen al líder del partido que salga "a ganar" y no "a heredar"
CARLOS E. CUÉ - Madrid - 23/11/2008
Esperanza Aguirre, José María Aznar y Pablo Casado, presidente de las Nuevas Generaciones de Madrid, ayer en el congreso de Madrid.MANUEL ESCALERA - 23/11/2008
En el PP no existen ya las semanas tranquilas. Mariano Rajoy, que aún trata de recuperarse de la dolorosa ruptura con UPN, sufrió ayer un nuevo incendio, y de los grandes, cuando su mentor, José María Aznar, el hombre que decidió colocarlo al frente del PP en 2003, subió a una tribuna madrileña y, rodeado de jóvenes aguirristas que le gritaban "presidente, presidente", lanzó una durísima carga de profundidad contra su heredero. "Necesitamos un gran entrenador, equipo y estrategia, pero sobre todo, si salís al partido, salir a ganarlo. En política no se está ni para empatar ni para heredar, se está para ganar. Cuando hemos salido a ganar el partido lo hemos ganado, y cuando hemos salido a heredarlo, nos quedamos sin nada".
No era un discurso nuevo. Pero sí era la primera vez que alguien lo pronunciaba públicamente. Hasta ahora, esa idea la trasladaban en los pasillos esos dirigentes críticos a los que María Dolores de Cospedal, la secretaria general, descalificó en una entrevista en EL PAÍS por su cobardía. Es la tesis del sector crítico, que sostiene que Rajoy hace una oposición moderada porque cree que basta con esperar a que la crisis económica acabe con el PSOE, que "heredará" a José Luis Rodríguez Zapatero de la misma manera que heredó el liderazgo en el PP de la mano de Aznar.
El aún presidente de honor se tiró a la yugular de la izquierda, pero con cada golpe daba, de paso, otro a Rajoy. Y todo con la misma idea de fondo, la que expresó Esperanza Aguirre cuando subió a la tribuna de oradores antes que él, y también Pablo Casado, líder de Nuevas Generaciones de Madrid. El PP, sostuvieron los tres, debe dar sin complejos la batalla ideológica contra la izquierda si quiere volver al poder. Debe defender el liberalismo, no aceptar que la crisis ha puesto en duda el modelo de economía ultraliberal desregulada de EE UU, y lanzarse al ataque.
"Defended vuestros principios siempre y sin complejos", le gritó Aznar a los jóvenes, entregados. "Los que tienen que tener complejos son esos progres apolillados y de pacotilla que hacen políticas rancias. Nuestras ideas son mejores que las suyas. [...] Para llegar al Gobierno primero hay que construir una alternativa, ejercer una buena oposición, proponer proyectos diferentes".
Aguirre, en un tono más suave pero con el mismo fondo, también reivindicó la batalla ideológica. Los jóvenes de Casado han aprobado una ponencia ultraliberal en contra del salario mínimo y reclaman, por ejemplo, el fin de los liberados sindicales y que las centrales se autofinancien y no reciban dinero público, algo que no propone ningún partido europeo asociado con el PP. La ponencia ha provocado polémica, y Aguirre la defendió a ultranza. "Los jóvenes del PP suscitáis interés porque os habéis atrevido a abrir los debates ideológicos que la sociedad española necesita. Está de moda decir que no está claro qué es verdad y mentira, qué está bien o mal. Pero sí que hay verdad y mentira, y hay héroes como Miguel Ángel Blanco y canallas como el Che Guevara". El auditorio en Las Rozas, zona residencial de lujo cerca de Madrid, se caía.
En este aquelarre liberal y sin complejo sólo habló un representante de la línea moderada que gobierna el PP. Fue Nacho Uriarte, líder nacional de Nuevas Generaciones, muy distante de su colega madrileño, y que alabó el papel de los "agentes sociales", esto es, los sindicatos, y pidió que, "por convicción o por obediencia" nadie en el PP "haga nada que desvíe del objetivo de ganar las alecciones".
Fue inútil. Los dos grandes derrotados del congreso de Valencia, Aguirre y Aznar, acompañados de Manuel Pizarro y diputados críticos como Gabriel Elorriaga, no citaron ni una sola vez a Rajoy, algo ya en sí muy significativo. Pero con sus discursos dejaron en evidencia la guerra ideológica que vive el PP. Mientras los ultraliberales defienden que la crisis mundial es obra de la excesiva regulación -"ahora que algunos abrazan las falsas recetas del intervencionismo, pero la culpa es de los organismos que han regulado mal", dijo Aguirre-, Rajoy, que ayer estaba en Almería, ha apoyado el plan de 150.000 millones de euros para ayudar al sistema financiero -una medida intervencionista de manual-, critica en sus discursos a los tiburones especuladores y reivindica la cultura empresarial tradicional, un discurso clásico de la democracia cristiana alemana y de la cultura protestante.
Algunos marianistas sostienen que les conviene que se vea claramente las diferencias entre Aguirre, Aznar y Rajoy, porque esto centra la imagen del líder, algo imprescindible para desactivar el voto anti-PP que tanto daño les hizo en las generales, especialmente en Cataluña. La batalla ideológica interna no ha hecho más que comenzar.
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