07 diciembre 2009

EVO MORALES REVALIDA SU VICTORIA POR GOLEADA

Evo Morales revalida su victoria por goleada

Victoria incontestable de Evo Morales. Reelegido presidente de la República de Bolivia ha logrado que su partido, MAS (Movimiento al Socialismo) sea, de lejos, el más votado. La oposición ha estado resignada durante la campaña ante la previsible victoria y limitaba sus esperanzas a evitar que se produjera en la primera vuelta.
Pero no ha sido así: el presidente fue reelegido con el 63 por ciento de los votos y su partido, MAS (Movimiento al Socialismo) ha obtenido mayoría en las dos cámaras de la futura Asamblea. También ha sido el favorito de los bolivianos emigrantes, entre ellos los residentes en España, que votan por primera vez. El gran éxito se produce en un contexto de acento histórico y redondea, de hecho, lo que es una refundación del Estado nacional, la magna obra emprendida entre grandes dificultades por el líder boliviano e iniciada con la aprobación en referéndum de la nueva Constitución en enero pasado por el 61,4 de los votos emitidos.

El éxito del censo
La Carta Magna, bajo cuyas previsiones en todos los órdenes (más senadores, posibilidad de reelección presidencial por una sola vez y nuevo censo) se han celebrado las elecciones del domingo, fue larga y arduamente negociada con la oposición, pero el nuevo texto es, finalmente, muy caluroso con la eterna e ignorada reivindicación nacional y social de la población india.

Por otro lado, se atendió en buena parte la aspiración de la oposición conservadora a “regionalizar” la vida institucional (que le permitirá mantener cierta autonomía desde su ventaja tradicional en el Oriente, el área más desarrollada) y se atendió su reivindicación central: un censo creíble.

El ejecutado desde entonces y terminado hace poco es un extraordinario logro técnico, un censo biométrico de último grito que ha merecido una explícita felicitación de la ONU y producido algo parecido a un milagro: ha “encontrado” a tal número de bolivianos que el censo sobrepasa ahora los cinco millones, contra cuatro y medio en la última contienda electoral.

Evo, el negociador
Todo este tiempo, que consumió gran parte del trabajo político del presidente, elegido por vez primera, y por mayoría absoluta, en diciembre de 2006, ha servido para acreditar a Evo Morales como un político tenaz y hábil pero sobre todo negociador capaz y táctico solvente: cedió para obtener lo esencial, la refundación del Estado desde criterios históricamente más justos y socialmente más solidarios, y mantuvo el interés nacional bien entendido por encima de todo. Es un hecho que su vicepresidente, Álvaro García Linera, un sociólogo y politólogo que hace un buen equipo con Morales, explica en parte el éxito.

Una oposición sin fuste
Es verdad, además, que frente al dinamismo de este dúo la oposición no ofrecía nada de gran valor. A Morales le respalda una buena gestión: consolidación fiscal del Estado y unas reservas de divisas sin precedentes tras aplicar una política de nacionalización de los recursos energéticos bajo acuerdo con las compañías foráneas y la felicitación correspondiente del FMI.

El líder del Oriente más hostil al tono indigenista y socializador y candidato de la oposición convencional, Manfred Reyes Villa, es un ex–militar que empezó su carrera en la cercanía de los últimos dictadores militares antes de colgar el uniforme y convertirse en un hombre de negocios, en USA y Bolivia y ser elegido alcalde de Cochabamba y después prefecto del Departamento de ese nombre.

En un gesto descaradamente provocativo, nombró como su candidato a la vicepresidencia a Leopoldo Fernández, ex – prefecto de Pando, encarcelado e imputado por su presunta responsabilidad en la matanza de militantes de izquierda en septiembre del año pasado. Su partido, “Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional” ha obtenido el 25 por ciento de los votos. Ha sido el más votado en los Departamentos orientales (Beni, Pando y Santa Cruz), los más ricos.

Lo que queda de la antigua izquierda
Samuel Doria Medina, dinámico empresario, ha sabido recoger los restos de la vieja izquierda convencional, el MIR y con socios menores, con su dinamismo y su dinero ha compuesto una centrista “Alianza por el Consenso -- Unidad Nacional” que ha recibido cerca del 8 por ciento de los votos.

Evo Morales, que ha logrado diez puntos más que en su primera elección, se ve confirmado y convertido en mentor y administrador de un nuevo proyecto. Dispone de todo el poder pues ha conquistado también la mayoría en el Senado (24-25 senadores de 36). Que sepa administrar bien su victoria es esencial y, a juzgar por lo sucedido hasta ahora, muy probable: tras su indumentaria, su verbo encendido y su estilo, hay todo el sentido del Estado y la capacidad de negociación que acompañan a los grandes líderes.

Elena Martí es periodista y analista política

EL CUERPO HUMANO ESTA HECHO PARA VIVIR DIAS DE 25 HORAS

Los ritmos circadianos del cuerpo se originan en el sistema nervioso central, que es el que provoca cambios regulares en la formación de orina, la temperatura corporal, el ritmo cardíaco, el consumo de oxígeno, la división celular y las secreciones de las glándulas endocrinas.

Así pues, el cuerpo humano se parece bastante a un termostato en el sentido de que es un gran sistema homeostático complejo, que emplea una intrincada red de mecanismos que se retroalimentan para mantenerse estables en medio de situaciones que cambian de forma dinámica.

El cerebro se encarga de mantener a muchos de estos mecanismos de retroalimentación, ya que coordina los estímulos externos recibidos por los órganos sensoriales y responde provocando las acciones corporales apropiadas.


Sin embargo, nuestros ciclos del sueño dependen de la retroalimentación negativa, porque los ritmos circadianos humanos son de 25 horas. Se ignora aún por qué, después de millones de años de vida en un mundo con días de 24 horas, el reloj biológico se atrasa esa hora.

De este modo, debe ser el mundo exterior el que, a diario, pone en hora nuestro reloj biológico, ya sea detectando patrones de luz y oscuridad o, de manera más sutil, percibiendo el cambio del campo magnético de la Tierra, que cambia con la rotación del planeta.

Sin esa retroalimentación negativa que sincroniza nuestros ritmos circadianos, dormiríamos durante un día entero dos semanas de cada mes a causa de esa hora extra de nuestro cuerpo.
Sergio Parra
7 de diciembre de 2009