24 abril 2008

ROUCO CIERRA LA PARROQUIA DE ENRIQUE DE CASTRO

31 Marzo
Religion Digital
El cura “rojo” de Vallecas se queda sin parroquia. Enrique de Castro, el popular sacerdote símbolo de la lucha por los más marginados, va a perder su templo de Entrevías. La parroquia de San Carlos Borromeo tiene los días contados. El arzobispo de Madrid ha decidido cerrarla como lugar de culto y reconvertirla en un centro de Caritas. Acusa a Enrique de Castro y a sus dos compañeros curas de “realizar una liturgia y una catequesis que no son eclesialmente homologables”.

El pasado martes, el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, llamó a capítulo a los tres curas de San Carlos Borromeo: Javier Baeza, Pepe Díaz Y Enrique de Castro. “Aquello era un auténtico tribunal”, explica Javier Baeza, que ejerce de párroco desde hace unos años, aunque los tres sacerdotes trabajan en equipo.

En la reunión estuvieron presentes, entre otros, el obispo auxiliar, acompañado del vicario de Vallecas, Angel Matesanz, del secretario del episcopado, Roberto Serres y del delegado de Cáritas. “Fidel abrió la carpeta y nos comunicó que la parroquia desaparece como tal, que el local físico se lo han cedido ya a Cáritas Madrid para un centro asistencial y que nos pedía encarecidamente a los tres que nos quedásemos a trabajar en el centro”, cuenta el párroco.

El arzobispado madrileño acusa a los curas de San Carlos Borromeo de “realizar una liturgia y una catequesis que no son eclesialmente homologables”, al tiempo que reconoce “su entrega y dedicación a los pobres”. Y como la expresión eclesial de la solidaridad con los pobres es Caritas, Rouco cree que a eso es a lo que deben dedicarse los locales de la parroquia, que desaparecería como lugar de culto.

Los tres curas se quedaron boquiabiertos. Primero, porque hacía unos meses que ese mismo obispo auxiliar, Fidel Herráez, había realizado la visita pastoral a la parroquia y se había despedido de ellos diciéndoles: “Me voy impactado y encantado”.

Pero al poco tiempo, monseñor Herráez, el brazo derecho del cardenal y el que, en realidad, gestiona el día a día de la archidiócesis, llamó de nuevo al orden a Javier Baeza. “Me acusó de que, en la parroquia, no administrábamos adecuadamente los sacramentos; me advirtió de que sin absolución individual no hay perdón de los pecados y terminó diciéndome que Dios no estaba en nuestra parroquia. Desde entonces nos temíamos lo peor y, desgraciadamente, nuestros temores se confirmaron el pasado martes”, explica el párroco.

Allí mismo, en esa reunión del pasado martes, los tres curas rechazaron la decisión del arzobispado, dejaron claro que la parroquia no era de ellos sino de la gente y que no piensan abandonarla. “No vamos a dejar la parroquia. Si quieren, que nos echen”, dice Baeza.

En el arzobispado guardan silencio. El Mundo intentó en repetidas ocasiones obtener la versión de la jerarquía madrileña sin éxito. Extraoficialmente y con petición expresa de anonimato se nos dice que “la lucha entre Enrique de Castro y monseñor Rouco viene de lejos. Esa parroquia es un nido de herejías. Por ejemplo, imparten sistemáticamente la absolución colectiva y, a veces, comulgan con rosquillas o con turrón, en el colmo de los despropósitos litúrgicos y sacramentales. La paciencia del cardenal se ha agotado y ha decidido poner coto a tantos desmanes”.

Nuestro comunicante reconoce que la decisión del cardenal no ha sido fácil. “Rouco es consciente de que se enfrenta con un icono social, con un símbolo y con una forma de ser y de entender la Iglesia. Sabe que, en los medios de comunicación, vais a escenificar la decisión como la lucha desigual entre la Iglesia jerárquica institucional-inquisitorial y unos pobres curas de base, defensores de los pobres. Pero también es consciente de que, aunque sea impopular la medida, tiene que tomarla, porque una de las funciones del obispo es la de ser maestro y vigilar la ortodoxia en su diócesis”.

Y no se equivoca nuestra fuente del arzobispado madrileño. Tanto los curas como sus numerosos y fieles parroquianos están dispuestos a dar batalla por la parroquia de los pobres y marginados. En sus locales se suceden las asambleas. Y se preparan estrategias y gestos para mostrar el descontento de la gente. Algunos proponen ir en procesión hasta la catedral de La Almudena y encerrarse para rezar en ella hasta que el cardenal revoque su decisión.

En torno a Enrique de Castro y a la parroquia se aglutinan una serie de colectivos “indispensables” de la lucha social. Como Madres contra la Droga o la Coordinadora de Barrios. Y no dejarán que Rouco se salga con la suya fácilmente.

Por otra parte, incluso canónicamente parece que el tema no está nada claro. Según Baeza, “con el Derecho canónico en la mano parece que es una aberración, según nos comentan los especialistas”. Porque, tanto para destituir a un párroco como para cerrar una parroquia, hay que seguir todo un proceso oficial, con sus pasos, sus alegaciones y sus plazos. “Y aquí se lo quieren saltar todo a la torera. Pero no nos vamos a rendir”, dice Javier Baeza.

Tanto Enrique de Castro como sus dos compañeros están dispuestos a luchar hasta el final. “Nos duele sobre todo la prepotencia y altivez con la que actúa el arzobispado. Parece como si Dios llamase todas las mañanas al cardenal para decirle lo que tiene que hacer”, se queja Baeza. Y concluye: “Esto es un baculazo con todas las de la ley, por mucho que quieran camuflarlo”.

LOS CURAS DE LA PARROQUIA SAN CARLOS BORROMEO

Los curas dan misa vestidos en ropa de calle; admiten ateos y musulmanes; y en la eucaristía, en vez de hostias, reparten rosquillas. Y por eso, por no ajustarse a la doctrina de la Iglesia en cuanto a la liturgia se refiere, al arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio Rouco Varela, ha comunicado a los tres sacerdotes que tienen que cerrar la parroquia y que se busquen otro destino.
"Nos han dicho que socialmente estamos muy bien, pero que en cuestiones de liturgia y catequesis, no", explicó ayer el cura Enrique de Castro. "Según ellos, la catequesis que damos no está homologada y la liturgia es un desastre", agregó el sacerdote, que lleva en esta parroquia 26 años. El arzobispado les ha transmitido que la parroquia se sale de los cánones de la Iglesia, y precisamente los curas defienden eso: que las liturgias tienen que adecuarse a los nuevos tiempos y a la realidad social.

"Hemos cambiado las hostias por rosquillas porque los niños no entendían que son las hostias normales. Fueron las propias madres las que nos trajeron las rosquillas. Y si nos hemos quitado los hábitos para dar misa es porque la gente nos lo ha pedido…", afirmaron los curas.

La parroquia de San Carlos Borromeo celebró ayer una multitudinaria comida donde acudieron cientos de personas a apoyar la labor de los curas. Por ahí pasó de todo. Desde matrimonios católicos de mediana edad; familias enteras de Vallecas, gente del movimiento okupa; jóvenes de izquierdas y gente de asociaciones de vecinos de todo Madrid. Los presentes comieron paella, escucharon música, tomaron vino en la terraza, repartieron abrazos y hubo mucha tertulia. "¡Mucho ánimo!", "¡Lucha!", "¡De aquí no nos vamos a mover!", repetían los congregados a los tres sacerdotes: Enrique de Castro, Pepe Díaz y Javier Baeza.

"No somos unos locos. Nos dedicamos al mundo de la marginación y esa gente es la que luego viene a misa porque han sentido que este lugar…", empezó a contar De Castro. Un joven le interrumpió. "Enrique, oye, que si me das dos euros para tabaco, que no he cobrado aún el paro". El sacerdote se saca el dinero del bolsillo, y continúa: "… porque han sentido que este lugar es como su casa".

Hasta Entrevías también se acercaron párrocos de otros lugares, como Andrés, el capellán del hospital Niño Jesús. "Les conozco desde hace años y por eso he venido a apoyarles. Yo creo que la Iglesia tiene que aceptar que hay varios modelos de parroquias y que algunas, como ésta, lo que intentan es adecuarse al lenguaje de la gente", opinó.

Otro párroco, Daniel Sánchez, de la cercana parroquia de Santa María de El Pozo, también se manifestó en contra del cierre. "El arzobispado les achaca también que están aislados y que no se entienden con otros curas. Eso no es cierto. Las cinco parroquias de la zona estamos haciendo un buen trabajo en común", recalcó este hombre.

La parroquia de San Carlos Borromeo también acoge la sede de la Escuela de Marginación, donde se enseña a los que estén interesados en trabajar con gente marginada, y a la asociación Madres contra la Droga. "No tenemos que buscar otra sede porque no nos vamos a ir. Sólo faltaba. Aquí está nuestro domicilio fiscal y también humano", explicó Carmen Díaz, presidenta de la asociación.

Entre los más dolidos por el cierre están los marginados que han encontrado su refugio en esta particular parroquia. Como Tarik Inhaddou, marroquí de 27 años. "Llegué a Madrid en 2001, sin saber el idioma, no tenía donde ir. Llegué a la parroquia y me acogieron con los brazos abiertos", explicó. Los primeros años estuvo trabajando de camarero y ahora tiene un empleo de lo suyo: ingeniero informático.

Antes de la comida, por la mañana, la parroquia celebró una misa multitudinaria. Una misa que el arzobispado de Madrid había prohibido. Pero el cura Javier Baeza niega tajantemente que haya sido la misa de despedida. "No es la última, ni tampoco la penúltima misa, ni mucho menos", aseguró Baeza, aunque se mostró prudente a la hora de hablar de futuras movilizaciones o encierros.

Los tres párrocos pertenecen al movimiento Teología de la Liberación, aunque Baeza prefiere que se les llame "curas de barrio en medio de la gente, creo que nos define mejor". Fue el martes pasado cuando el arzobispado de Madrid comunicó a los curas que les echaban de la parroquia y que se buscasen otro destino. "No nos han dado un día concreto para que nos vayamos. El martes nos llaman a una reunión y el obispo de la diócesis de Madrid, Fidel Herráez, junto a otros dos miembros de la Iglesia y dos de Cáritas, abre una carpeta, y como si fuese un tribunal, me dice: ’Hemos decidido que tenéis que dejar de dar misa desde hoy mismo’; a lo que yo le contesto: ’Fidel, ¡eso es un baculazo!", recordó Baeza. "¡Y encima se indignó! No ha habido diálogo. Canónicamente lo que han hecho desde arriba es una perversión", agregó el sacerdote.

En las paredes de la iglesia podían leerse ayer los correos electrónicos de apoyo que han recibido estos días. Y hay uno que les ha gustado especialmente, porque incluye un poema de León Felipe con el que se sienten muy identificados: "De aquí no se va nadie. Nadie. Mientras esta cabeza del Niño de Vallecas exista, de aquí no se va nadie. Ni el místico ni el suicida".

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MOHAMED BEN AISSA(18 AÑOS): "Mi hermano me echó de casa y aquí me acogieron"

"Hace tres meses mi hermano me echó de casa porque no tiene trabajo ni hace nada en la vida y yo era una molestia. Me quedé completamente solo, en la calle. Vine a la parroquia y desde entonces estoy viviendo en casa de Javier, uno de los curas", contaba ayer Mohamed Ben Aissa, un chico marroquí de 18 años.

"En el instituto donde estudiaba, el Puerta Bonita de Carabanchel, fue donde me hablaron de esta sitio y estoy muy contento", agregó el chico, que llegó a Madrid desde Marruecos en el año 2004. Ahora trabaja en un taller de jardinería y se le ve feliz.

Mohamed, musulmán, acude todos los domingos a misa. "Es que es una misa diferente. Y aquí me han ayudado mucho. Yo soy musulmán, ¿y qué?".»

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MAITE MOLINA(48 AÑOS): "Conseguí dejar las drogas gracias a su ayuda"
A Maite Molina, de 48 años, se le murió su pareja hace dos días. A pesar de la pena, acudió ayer a la parroquia a apoyar a los curas y a pedir a Enrique de Castro, uno de los sacerdotes, que oficie una misa de duelo. "Me enganché con 21 años a las drogas. He pasado por la cárcel, y siempre, siempre he tenido el apoyo de estos curas", explicó ayer. "Llevo muchos años sin tomar drogas. Lo conseguí gracias a su ayuda. Ahora trabajo en la limpieza", añadió, mientras mostraba las palmas de sus manos curtidas.

Maite ha vivido siempre en Vallecas, pero desde hace dos años reside con su madre en un piso del barrio de La Ventilla. "No soportaría que cerrasen la parroquia. Ellos me lo han dado todo. Fíjate, ahora hasta soy abuela".»

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JOSÉ SANZ (35 AÑOS)"Al salir de la cárcel, los curas me ayudaron"

José Sanz, de 35 años, habla del cura Enrique de Castro como su "padre adoptivo". "Es que estuve ocho años viviendo con él en su casa. Me acogió después de que yo saliese de la cárcel. Cuando yo no tenía donde caerme muerto, ellos me ayudaron", contó ayer José. En sus brazos llevaba a su hijo, de 11 meses. "Desde hace un tiempo vivo ya por mi cuenta, con mi mujer y mi hijo", añadió.

El cierre de la parroquia le parece "algo muy jodido". "Aquí ayudan a mucha gente, a los drogadictos, a los que no tienen papeles, a cualquiera que se acerque y llame a la puerta", afirmó José. Este hombre está en paro, aunque tiene la ilusión de trabajar en el nuevo hospital de Vallecas. "He echado el currículum, a ver si tengo suerte".»

MISIONEROS MUCHAS GRACIAS POR VUESTRA LABOR

Labor que realizan las Misioneras y Misioneros Identes en Bebedjia (Chad)
Justo de la Fuente, médico y misionero que trabaja desde hace diez años en el Chad, ha regresado a Cantabria por unos días para visitar a su familia e intentar conseguir fondos para poner en marcha un Centro de Formación para Jóvenes en el distrito de Bebedja, en Chad.

De la Fuente estuvo en la sede de la Fundación Marcelino Botín, institución que le becó cuando era estudiante y que ha donado un vehículo todo terreno muy valioso para el trabajo que desarrollada en aquel país africano.

En el distrito de Bebedja esta el hospital, que cuenta con 92 camas, y 17 dispensarios, para atender a una población cercana a los 200.000 habitantes. La superficie incluida en este distrito es de unos 2.500 kilómetros cuadrados. Tres médicos atienden a la población.
Justo (médico y hermano de la exprofesora del colegio, Mari Cruz) con una enfermera y sus pacientes.
El obispado de Doba ha sido responsabilizado por el Ministerio de Salud del Chad, por medio de un convenio, del distrito sanitario de Bebedjia. El distrito sanitario es la unidad básica de acción y cuenta con un hospital y 17 zonas de responsabilidad, cada una abarcando una población aproximada de 10.000 habitantes. Las zonas de responsabilidad deben contar con un centro de salud, dirigido por un enfermero y un pequeño equipo de personas (normalmente 3). Ellos hacen actividades curativas y preventivas. Aquellos casos que sobrepasan sus posibilidades son enviados al hospital con una ficha de referencia. Los medios para desplazarse al hospital dependen de las familias de los enfermos y el más utilizado es la carreta con un par de bueyes.
El hospital de referencia de distrito cuenta con dos médicos y un grupo de enfermeros y auxiliares que aseguran los turnos. Tenemos 90 camas, 1 quirófano, rayos X, ecografía y electrocardiógrafo y un laboratorio.El trabajo siempre te desborda y estás obligado a medir tus fuerzas, pero, con ayuda de la Providencia, nuestro hospital no ha dejado nunca, desde su creación en 1994, de prestar un servicio a la población. El servicio de cirugía es muy prestigioso en todo el país y los precios de las operaciones y de los tratamientos son adaptados al poder adquisitivo de la población, de manera que no es raro que nos vengan enfermos de todo el país e incluso de los países vecinos.
Centro cultural para jóvenes
Este centro es parte de la labor de que realizamos en la parroquia de Bebedjia que atiende una población aproximada de 50.000 personas, distribuidas en 80 pueblitos. En Bebedjia pueblo, con una población de 15.000 habitantes, existen 3 escuelas primarias y dos liceos (secundaria). En uno de los liceos existe una biblioteca, pero no muy bien abastecida; además se encuentra a un kilómetro y medio del nucleo poblacional, lo cual hace que no sea utilizado por muchos jóvenes. Ello nos ha llevado a rehabilitar un local para dar servicio de biblioteca a los jóvenes del pueblo y ya contamos con libros en cantidad moderada. Hemos iniciado, también, la proyección de vídeos los fines de semana. Nuestro proyecto es desarrollar nuevas actividades como cursos de formación, debates, actividades deportivas, etc. que permitan a los jóvenes un campo de acción y de formación en un mundo en plena mutación.

TEOLOGOS Y MEDICOS INDIGNADOS

23/03/2008
El Plural / Política

El ataque de la Iglesia a los cuidados paliativos provoca la indignación de teólogos y médicos
L. B.
El sermón que pronunció el pasado Viernes Santo el obispo emérito de Pamplona Fernando Sebastián Aguilar, en el que arremetió contra la eutanasia, los cuidados paliativos y la laicidad, apelando a la “digna” muerte de Jesucristo, ha provocado la indignación de teólogos y médicos que no comparten la postura de uno de los representantes del brazo más conservador de la Iglesia Católica en España. Al ataque de Sebastián, contra la eutanasia y los cuidados paliativos para evitar el dolor de los enfermos terminales, se unen las palabras del arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos Amigo que –con algo más de moderación- afirmó, ese mismo día que "la dignidad reside en la vida” y que la sociedad debe hacer “todo lo posible” " para que no haya personas que "estén en una situación tan desesperada que deseen la muerte". A pesar de los matices de los diversos miembros de la jerarquía católica, el mensaje de la Iglesia es claro, lo que provoca, en no pocas ocasiones, el rechazo por parte de diversos sectores.
Noticias relacionadasEl obispo emérito de Pamplona arremete contra la eutanasia apelando a la “digna” muerte de... Ni el PP ni el PSOE se plantean en esta legislatura despenalizar la eutanasia Eutanasia: un derecho que no debe esperar La consigna: no votar a los partidos que avalen el aborto y la eutanasia Los curas tienen voz y voto en Madrid para decidir los cuidados paliativos a enfermos terminales Según publica hoy el diario Público, el teológo Juan José Tamayo calificó de “antievangélico” el sermón pronunciado por el obispo emérito de Pamplona. Tamayo considera que las palabras de Sebastián “revelan la actitud integrista de la Iglesia católica, que no tiene ninguna sensibilidad”. A esta postura se une la del también teólogo, Enrique Miret Magdalena, que recordó a Fernando Sebastián que el Papa Pío XII defendió, en su día, los cuidados paliativos para llegar a la muerte digna. El destacado teólogo afirma que la muerte de Jesucristo “no es un ejemplo para que nosotros hagamos lo mismo. Tenemos que aceptar los males que nos vengan excepto el dolor por el dolor”, señaló.

“La dignidad es algo personal”
Tampoco está de acuerdo con las palabras de Sebastián, el presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, Xavier Gómez que, según recoge Público, quiso recordar que “los paliativos alivian el sufrimiento y mejoran la calidad de vida del paciente y sus familiares”. En este sentido, Gómez señaló que “la dignidad es algo personal” y aseguró no entender “que se niegue la posibilidad de paliativos”. El sermón de Sebastián provocó también la indignación de la Asociación Derecho a Morir Dignamente. El presidente de dicha asociación, Salvador Pániker, calificó el sermón de “grotesco y anacrónico”, y consideró que las palabras del obispo emérito de Pamplona van en contra de la actuación de Jesucristo que quería curar a los enfermos.

“Derecho a una vida digna”.
Arzobispo de Sevilla: “La dignidad reside en la vida”
Tampoco tienen desperdicio las declaraciones que, con motivo de la muerte en Francia de Chantal Sébire, que había pedido la eutanasia, hizo el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo en la Cadena Ser. Amigo afirmó que “esa mujer y todas las mujeres y hombres del mundo tienen derecho a una vida digna. Lo digno es la vida y hay que hacer todo lo posible para que no haya casos en la que las personas se sitúen en esta situación tan límite". En este sentido, el arzobispo de Sevilla considera que lo mejor es apostar por la investigación: "¿No será mejor investigar todo lo posible, para que no haya personas con ese tipo de enfermedad?” se preguntó. Ante la posibilidad de que sus palabras fueses interpretadas como una “utopía”, Amigo aclaró que “no se trata de ir contra nada sino en favor de la persona para que no se encuentre en situación tan desesperada que deseen la muerte de esa manera”.

Aguirre y Rouco Varela firman un convenio


Aguirre y Rouco Varela firman un convenio que incluye a la Iglesia en los comités de bioética
Los curas tienen voz y voto en Madrid para decidir los cuidados paliativos a enfermos terminales
V.V.
El Gobierno regional de Esperanza Aguirre ha firmado con el Arzobispado de Madrid, dirigido por el cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Antonio María Rouco Varela, un convenio para la asistencia en los hospitales de la Comunidad que amplía las funciones de los curas. Así, se incluye a sacerdotes católicos en el comité de ética y el comité interdisciplinar de cuidados paliativos, por lo que intervendrán en cuestiones que afectan a los pacientes.
El ataque de la Iglesia a los cuidados paliativos provoca la indignación de teólogos y médicos. Según informó la Cadena SER, el Ejecutivo de Aguirre y Rouco Varela firmaron el pasado mes de enero un convenio por el cual se amplían las funciones de la asistencia religiosa en los hospitales. A partir de ahora, los curas no sólo visitarán a los enfermos y les darán asesoramiento religioso, sino que también podrán decidir sobre cuidados paliativos a los enfermos terminales. Estas decisiones eran actualmente competencia exclusiva de los médicos.
Religión dentro del comité de ética
En el convenio, que firmaron el consejero de Sanidad de la Comunidad, Juan José Güemes, y el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, se incluye una cláusula en la que se determina que el servicio de asistencia religiosa se englobará dentro del comité de ética y del comité interdisciplinar de cuidados paliativos.
Decisión sobre sedaciones y abortos
Estos comités se encargan de decisiones de gran trascendencia, como dar o no sedación terminal a determinados enfermos, practicar abortos a una mujer violada que no haya denunciado el caso o reanimar a bebés con malformaciones en la unidad de neonatología. Hasta ahora los comités estaban integrados, según explicó a la emisora el presidente del comité ético del hospital de Getafe, Miguel Casares, por médicos, enfermeros y expertos en bioética.
Para "garantizar los derechos de los pacientes"
Casares criticó que se quieran imponer argumentos religiosos en estos comités, ya que deben estar basados sólo en la ética, es decir, en criterios de igualdad y justicia, de analizar lo mejor para el paciente y para evitar daños en él y en sus familiares. Según este experto, la función de los comités sería la de “garantizar los derechos de los pacientes” sin entrar en “ideas preconcebidas” ni cuestionamientos religiosos.
Voces en contra
En el programa Hoy por hoy, numerosos oyentes intervinieron para mostrar su desacuerdo con la intromisión de los poderes religiosos en cuestiones médicas. Cabe destacar el testimonio de una joven con una enfermedad degenerativa, que se presentó como católica y practicante, y que aseguró estar en profundo desacuerdo con la intervención de los sacerdotes en estos procesos médicos. Tanto ella como su familia, aseguró, se muestran partidarios de los cuidados paliativos, y no comparten, pese a tener una ideología cercana a la Iglesia, que esta institución participe en este tipo de procesos.