04 enero 2012

El cementerio nuclear en Villar de Cañas es un regalo a la industria nuclear

Cerramos Cofrentes denuncia que la decisión de instalar el cementerio nuclear en el municipio de Villar de Cañas (Cuenca), sin haber consensuado social y políticamente un modelo de gestión de estos residuos, su ubicación y un plan de cierre cercano de las centrales nucleares, significa incrementar la amenaza que la energía nuclear representa para la sociedad y el medio ambiente.

Con esta decisión el Gobierno se alinea de manera incondicional con los intereses de la industria nuclear y da la espalda a la mayoría social, reflejada en todas las encuestas, que manifiesta un rechazo explícito de la energía nuclear.

La plataforma Cerramos Cofrentes, que agrupa a los principales grupos ecologistas, así como a sindicatos y otras organizaciones de la sociedad civil valenciana, quiere manifestar que la decisión del Gobierno del PP de situar el vertedero nuclear en el municipio de Villar de Cañas demuestra un desprecio hacia los mecanismos y procedimientos de toma de decisión con participación social que determina la Unión Europea equivalente a la que mostró en su momento el gobierno del PSOE. La decisión es un apoyo explícito a las compañías eléctricas propietarias de centrales nucleares para que puedan alargar indefinidamente el funcionamiento de unas instalaciones envejecidas, con el incremento de riesgos que implica para la población y el medio ambiente. Además, supone, en la práctica, una nueva subvención a las empresas nucleares, ya que en el momento en que estos residuos salgan de las centrales donde se encuentran actualmente, su gestión y los costes asociados pasarán a la empresa pública Enresa.

Con esta decisión, el gobierno Rajoy se sitúa en la dirección opuesta a la que marcan diferentes estados europeos como Alemania, Bélgica y Suiza, que acordaron abandonar la tecnología nuclear, y cierra la puerta al incremento de control de esta tecnología que están practicando muchos otros.

La generación indefinida de residuos radiactivos de alta actividad es una de las amenazas más graves de la industria nuclear. Desde el movimiento ecologista y social que se ha opuesto a las centrales nucleares siempre se ha pedido que la redacción de un plan consensuado de cierre cercano en el tiempo de las centrales nucleares sea la condición previa para abordar el problema de estos residuos por su peligrosidad y la amenaza que suponen tanto en el espacio (dispersión de la radiación) como en el tiempo (la radioactividad dura centenares de miles de años). Con esta decisión, el volumen de residuos radiactivos de alta actividad que habrá que gestionar podría superar los 19.000 metros cúbicos según las cifras indicadas por los organismos oficiales.

Desde Cerramos Cofrentes participaremos y daremos el máximo apoyo a todas las actividades unitarias que se desarrollan desde la sociedad civil y el tejido asociativo en contra de esta decisión.