13 junio 2009

LA CORRUPCION, LA MEJOR CAMPAÑA ELECTORAL

BORJA MARÍA ZALLANA DE LOS ACEBOS
13/06/2009

La corrupción, la mejor campaña electoral

El resultado de las elecciones europeas ha motivado dentro del partido una corriente de optimismo, que se ha visto acrecentada tras el análisis del cómo se ha conseguido la victoria. Si en toda España el resultado ha sido bueno, en Valencia y Madrid se puede calificar de espectacular, en ambas comunidades bastante por encima del 50% de los votos. La pregunta que se harán ustedes, sufridos lectores de este panfleto izquierdista, es la misma que durante estos días nos hemos formulado en la calle Génova. ¿Por qué en los dos lugares donde los casos de corrupción más nos agobiaban ha aumentado el apoyo a nuestro partido?

Las repuestas que nos han presentado los expertos son diversas. Desde algunas que apuntaban al terreno sexual y que teorizaban sobre la existencia en Levante y Madrid de un mayor número de aficionados a las prácticas masoquistas; hasta otras más complejas, pero no por ello más creíbles, que desarrollaban toda una teoría genetista en la que la endogamia y ciertos flujos migratorios se entremezclaban para dar como resultado un mayor número de retraso intelectual entre estas poblaciones. Como pueden entender ustedes, simplezas de científicos muy alejadas de la realidad.

La verdad es que nos podríamos haber ahorrado estos costosos estudios, porque desde hace mucho tiempo nadie mejor que nosotros conoce los mecanismos que rigen las mentes de nuestros votantes. La respuesta es tan sencilla y simple que aún habiéndola tenido siempre delante nos ha costado décadas de democracia comprenderla: nuestros votantes son como nosotros, así de simple. Quiero decir con ello que, si a nosotros el que uno de los nuestros obtenga beneficio de su posición lejos de provocarnos rechazo nos produce admiración, exactamente ocurre lo mismo entre nuestros votantes más fieles.

Curiosamente, este razonamiento que a nosotros tanto nos beneficia acaba por perjudicar doblemente a los partidos de izquierda, cuyos votantes tienen un complicado sistema de razonamiento que los lleva a absurdas conclusiones, algunas de ellas tan enrevesadas que acaban consiguiendo que nuestras corruptelas las paguen sus candidatos. El secreto está en haber conseguido que buena parte de la población piense que este tipo de prácticas está tan extendido en un lado como en otro. Basta para ello meter en el mismo saco nuestros casos y los que periódicamente aparecen de ellos. Todos sumados perjudican a los partidos de izquierda, mientras refuerzan el voto de los nuestros.

Como conclusión hemos acordado que para la próxima campaña electoral vamos a reforzar esta vía y en vez de gastarnos los cuartos en carteles y mítines, los vamos a dedicar casi por entero a promocionar entre los nuestros un curso de uso y abuso de fondos públicos. La publicidad nos sale gratis, porque ya se ocuparán de ello los medios afines al Gobierno.

¡Vamos a arrasar!