08 junio 2009

CARLOS FABRA Y LA GENTE LISTA

Fabra: "La gente es muy lista y no le preocupa si Camps o yo somos culpables"
El presidente del PP de Castellón reitera que no volverá a presentarse en ninguna candidatura

El presidente del PP de Castellón, Carlos Fabra, ha asegurado este lunes que la gente es "muy lista" y le preocupa "que somos más de cuatro millones de parados ahora mismo y no si Carlos Fabra o Paco Camps somos culpables o inocentes".

Fabra ha hecho estas declaraciones en una rueda de prensa convocada en la sede del PP en Castellón para hacer una valoración de los resultados de las elecciones europeas , y donde ha señalado que cumplirá su compromiso y no volverá a presentarse "a ninguna candidatura".

No voy a volver a presentarme a ninguna candidatura. Yo he dicho una cosa y lo voy a mantener, yo no voy a volver a presentarme a ninguna candidatura, ha señalado a los periodistas tras ser preguntado sobre si con los resultados electorales, en los que el PP ha sacado 15 puntos de ventaja al PSPV, se plantea que esta legislatura y este mandato en el partido no sean los últimos.

Preguntado sobre los procedimientos judiciales en los que está implicado el PP valenciano, Fabra ha asegurado que la gente "es muy lista y está harta de todo este procedimiento paralelo" que en su opinión algunos están planteando como "único argumento".

"A la gente le preocupa que somos cuatro millones de parados ahora mismo y no si Carlos Fabra o Paco Camps somos culpables o inocentes", ha indicado, y ha agregado que si son culpables o inocentes "ya lo dirán los tribunales y asumiremos cada uno la responsabilidad que tengamos que asumir".

Otras preocupaciones
Tras ser preguntado sobre las implicaciones de dirigentes populares en casos judiciales, Fabra ha dicho: "Yo no tengo que probar mi inocencia, el que tiene que probar mi culpabilidad es el que me acusa y de momento soy imputado como cientos y miles de casos que hay en España".

En este sentido ha agregado que "la gente no es tonta, la gente es muy lista y está harta de todo este procedimiento paralelo que vienen teniendo como único argumento, mientras obvian problemas importantes como el apoyo claro al aeropuerto, al AVE, al corredor mediterráneo, a la financiación económica, a las infraestructuras de la N-340 y la A-68" .

"La gente está preocupada porque no pueden llegar a fin de mes, a lo mejor ni al día cinco, porque están consumiendo los últimos ahorros que tenían y mientras tanto nos vienen contando si hay brotes verdes", ha agregado.

HACIA LA LAICIDAD

España avanza hacia la laicidad

La inolvidable Institución Libre de Enseñanza nació, en gran parte, como respuesta ante la intolerancia católica. Algunos de sus fundadores (Azcárate, Nicolás Salmerón, Giner de los Ríos, González Linares…) habían sido expulsados de sus cátedras por el decreto del integrista católico Orovio el 26 de febrero de 1875.
Lamentablemente, la historia de España ha avanzado lastrada por la intolerancia religiosa.

Así, en 1884 el cura Félix Sardá y Salvany publicó “El liberalismo es pecado”, páginas que fueron jaleadas desde los púlpitos. Y no debe extrañarnos si recordamos las condenas papales a la democracia, el socialismo, las libertades, la masonería…

Poco después, el maridaje de la iglesia católica con los terratenientes, caciques y adinerados, constituyó un ingrediente del cóctel que explotó en la Semana trágica.

También bramaron los obispos contra la libertad de cultos del gabinete de José Canalejas, y se agitaron sotanas y escapularios por una real orden que permitía signos externos de religiones no católicas. Desde altares y confesionarios se enardecía a los ciudadanos y hasta se sucedían amenazas de guerra civil.

Y qué decir de los años tenebrosos del nacional catolicismo cuando un dictador de manos chorreantes de sangre entraba en los templos bajo palio. Mientras, miles de ciudadanos consumían su vida en el exilio, tras los barrotes oxidados de las cárceles o en el recuerdo devorador de sus parientes desaparecidos, tal vez pudriéndose bajo los secarrales anónimos de nuestra atormentada España.

En aquella nación “católica por la gracia de Dios”, miles de familias vieron partir a los suyos hacia un viaje sin retorno… eso sí, en nombre de la religión, la patria, y todas esas mentiras que sirven de bálsamo a las conciencias canallas.

Por fortuna, la sociedad ha evolucionado y podemos afirmar con esperanza que la religión puede ser un elemento de pluralidad, siempre que evitemos su condición de pretexto para imponer intereses viles. En este sentido, la anunciada ley de libertad religiosa y conciencia se presenta como un poderoso instrumento para enterrar bajo siete lápidas los desastres religiosos que tanto dolor han sembrado en nuestro país.

Para esto resulta necesario crear espacios públicos de neutralidad religiosa, lugares donde el símbolo de una fe no prevalezca sobre las libertades democráticas. Así, es de encomiar el propósito del Gobierno en la referida normativa para suprimir los símbolos religiosos de los espacios comunes, como hospitales, cárceles, cuarteles, colegios públicos, etc.

En esta línea parece muy acertado erradicar el matiz religioso de los actos públicos, como funerales de Estado o tomas de posesión de cargos de la Administración.

Obviamente urgen disposiciones claras para evitar que sean los jueces quienes hayan de mediar en polémicas sobre la libertad religiosa, así como un articulado que regule de modo preciso la objeción de conciencia y, no menos importante, los derechos de quienes no profesan religión alguna.

¿Cuál será la reacción católica? Imagino que su inercia los llevará a concebir el pluralismo como una amenaza antes que como un elemento enriquecedor. Siempre consideraron la libertad religiosa como un peligro para sus dogmas, pero frente al dogmatismo siempre han de prevalecer la libertad y la razón.

Avanzamos, por tanto, hacia un modelo de Estado impregnado de laicidad, donde las distintas religiones forman un factor de enriquecimiento pero no de enfrentamientos fanáticos, y donde el sentir religioso ha de ser ejercido en el ámbito íntimo, allí donde de verdad anidan los más auténticos sentimientos.

Gustavo Vidal Manzanares es jurista y escritor

www.gustavovidalmanzanares.blogspot.com