Quisiera contaros que esto había mejorado, pero no, no puedo, porque esto cada día va a peor.
Por mucho interés que le pongan las autoridades, los capitanes, nada, no hay nada que hacer, la gente se retrae y no participa. Yo creo que incluso los que viven fuera, vienen cada vez menos.
En todos los actos programados, casi en todos ellos se incumplieron los horarios. Eso está muy feo y denota poca seriedad.
La calidad de los festejos, ha sido mejor que en años anteriores, comenzando por la pólvora, que para ser un pueblo con bajo presupuesto no ha estado mal, pero la participación del público fue escasa.
La procesión de la mañana iban cuatro y el tato, el ofrecimiento sin animación ninguna, y a la procesión de la tarde-noche, la más concurrida, fue donde pudieron lucir las señoras sus galas y sus cuchicheos.
La verbena nocturna, como siempre, faltan sillas, faltan mesas y faltan servicios, con las consiguientes colas hasta para orinar. Lo que no falta en ninguna de las noches es el consabido bingo.
La caldereta del día 16, buena. Bien organizada, con comida y bebida para 1.300 personas, como siempre, falta de concurrencia, aunque aquí se notó menos que en otros sitios. Hay quien pudo llevarse a casa para poder repetir la sabrosa caldereta. Felicitación a los cocineros.
El encierro, como siempre una tomadura de pelo, como todos los años, el retraso se debió este año, si las fuentes no nos mintieron, a una de las tres versiones: Que el ganadero se equivocó en la documentación de los toros, otra en la falta de mansos y la tercera que faltaba recibir un fax de la autoridad competente. Que no nos cuenten milongas. Todo un año y todos los años para preparar los mismos documentos y al final siempre pasa lo mismo. A las 2,30 horas empezaron a soltar los cuatro toritos y a las 4 a dormir. En eso mejoramos algo porque el año anterior empezó bastante más tarde.
Claro que lo compensaron con la suelta de los otro siete animales que pasaron todo el viaje y toda la noche , hasta la 11 de la mañana del día 17 en el camión y hasta las 2 del medio día no se encerraron. Claro que esto lo hicieron medio de tapadillo para que la gente no se enterase.
Jubilados presenciando el festejo a la sombra.
La novillada con picadores del día 17 bien en su conjunto. Anunciado su comienzo a las 6.30 y empezando a las 7.30. Lo más lucido, la Sra. Alcaldesa con su traje de faralaes. Novillos de Marqués de Albaserrada, paralos novilleros Miguel Giménez que cortó tres orejas, y Raul Sáez que falló a la hora de matar,no obstante se llevó 2 orejas. La corrida de rejones del día 18, más de lo mismo, en cuanto a horario. La Sra. Alcaldesa vestida con traje campero a juego con la ocasión.
Los novillos de Campos Peña, para Óscar Rodríguez Gaona, dos orejas y oreja. Agustín Solano, oreja y silencio.
La asistencia en ambos festejos de pena, ni un tercio de la plaza y gracias a los jubilados. Los jóvenes no quisieron ir porque consideraban que los precios son excesivos para este tipo de festejos. Se les echa en falta a las antiguas y numerosas peñas de antaño.
Los animales, excluyendo a los caballos y toros, los dos días al final de las corridas, se pelearon, unos por querer entrar sin pagar y los otros por no dejar entrar a ver el toro y las vaquillas del pueblo.
Hasta la próxima fiesta, que será peor.