05 abril 2009

DUERME TRANQUILO TRILLO, LA HISTORIA TE HARA JUSTICIA

Los familiares del Yak 42 se mantienen en sus trece de tocar las narices a ese insigne patriota que es Federico Trillo. Como buen conocedor de este prohombre, les puedo asegurar que todas y cada una de las acciones que realizó en aquellos días estaban dirigidas exclusivamente para mayor gloria de nuestro país, y gracias a él se pudo celebrar un funeral de Estado que fue envidia de los países vecinos.

Si en vez de Trillo en ese momento hubiera sido ministro cualquier otro, no duden ustedes de que los familiares no hubieran podido enterrar a sus muertos, lo de suyos no ha de ser tomado en sentido literal, en un tiempo récord. Otro ministro hubiera mandado intérpretes de turco, hubiera ordenado concienzudos análisis, hubiera aplazado la ceremonia oficial e incluso no hubiera tenido necesidad de todo esto porque seguramente se habría preocupado previamente de que sus tropas viajaran en aviones seguros.

Pero todo eso hubiera ocurrido con otro ministro, no con Federico Trillo. Y estarán ustedes pensando, ¿está Borja María criticando al gran Trillo? Nada más lejos de mi intención. Lo que quiero decir es que esas hubieran sido las acciones típicas de un hombre común, pero de quien estamos hablando es de un héroe nacional, del hombre que recuperó, pese al fuerte viento de Levante, Perejil para España.

¿Alguien se acuerda ahora de si El Cid era correcto con sus hombres? ¿Acaso nos importa si Hernán Cortes fue o no responsable de la muerte de la mitad de su tropa? ¿O de si Espartero cepillaba su caballo antes de ponerle la silla? Son nimiedades que han sido olvidadas, mientras la figura del héroe trascendía. Lo mismo ocurrirá con Trillo. Dentro de muchos siglos su imagen continuará apareciendo en los libros junto a la de las grandes figuras de nuestra historia, y nadie se acordará entonces de que 62 militares españoles que regresaban de una dura misión en un lejano país perdieron la vida porque viajaban en un avión de oferta, ni mucho menos de que sus cuerpos fueron recogidos y entregados de cualquier manera y sin el mínimo respeto ni por ellos ni por sus familiares para que se pudiera celebrar a la hora anunciada el funeral de Estado. Pero duerme tranquilo Trillo, la historia te hará justicia
BORJA MARÍA ZALLANA DE LOS ACEBOS
04/04/2009