30 agosto 2009

SARAMAGO CULPA A DIOS DEL ASESINATO DE ABEL

Lamenta que “nos esclavicemos” a una religión que “hemos inventado”

Saramago culpa a Dios del asesinato de Abel

ELPLURAL.COM/EFE

El prestigioso escritor portugués José Saramago ha redimido al fratricida más famoso de la historia, Caín, del asesinato bíblico por el que pasaría a la historia. Y es que, según Saramago, el culpable de la muerte de Abel es Dios, o al menos su “autor intelectual al despreciar el sacrificio que Caín le había ofrecido”. Todos estos argumentos forman parte de la última novela del narrador, que lleva el nombre del hijo malo de Adán y Eva y estará a finales de mes en las librerías de Portugal, América Latina y España. Antes de la presentación mundial de la obra, que se lanzará desde Lisboa, Saramago ha adelantado a EFE declaraciones vía mail. “Dios no es de fiar. ¿Qué diablos de Dios es éste que, para enaltecer a Abel, desprecia a Caín?”, ha argumentado.
Veinte años después de El evangelio según Jesucristo, vetado por el Gobierno luso de la competición por el Premio Europeo de Literatura, el premio Nobel retoma el tema sagrado con un irreverente recorrido por pasajes de la Biblia.

Esperando reacciones
Esta vez Saramago no espera una crucifixión. "Algunos tal vez lo harán, pero el espectáculo será menos interesante. El Dios de los cristianos no es ese Jehová. Es más, los católicos no leen el Antiguo Testamento. Si los judíos reaccionan no me sorprenderé. Ya estoy habituado. Pero me resulta difícil comprender cómo el pueblo judío ha hecho del Antiguo Testamento su libro sagrado. Eso es un chorro de absurdos que un hombre solo sería incapaz de inventar. Fueron necesarias generaciones y generaciones para producir ese engendro".

Esclavos de Dios
El portugués, sin embargo, no considera “Caín” su particular y definitivo ajuste de cuentas con Dios -"las cuentas con Dios no son definitivas", dice-, pero sí con los hombres que lo inventaron. "Dios, el demonio, el bien, el mal, todo eso está en nuestra cabeza, no en el cielo o en el infierno, que también inventamos. No nos damos cuenta de que, habiendo inventado a Dios, inmediatamente nos esclavizamos a él", explica el autor.

Cercanía a la muerte
Tampoco cree que sus reflexiones estén inspiradas por su cercanía a la muerte hace un año y debido a una enfermedad. "Tengo asumido que Dios no existe, por tanto no tuve que llamarlo en la gravísima situación en que me encontraba. Y si lo llamara, si de pronto él apareciera, ¿qué tendría que decirle o pedirle, que me prolongase la vida?", inquiere retóricamente. "Moriremos cuando tengamos que morir. A mí me salvaron los médicos, me salvó Pilar (su esposa y traductora), me salvó el excelente corazón que tengo, a pesar de la edad. Lo demás es literatura, y de la peor", agrega.

Escritor raudo
El escritor empezó a pensar en “Caín” hace muchos años, pero se puso a escribirlo en diciembre de 2008 y lo terminó en menos de cuatro meses. "Estaba en una especie de trance. Nunca me había sucedido, por lo menos con esta intensidad, con esta fuerza", rememora. El novelista para el que "somos cuentos de cuentos contando cuentos, nada" escribe más y más rápido que nunca (tres libros en un año), quizás como la mejor manera de seguir vivo. "Es verdad. Tal vez la analogía perfecta sea la de la vela que lanza una llama más alta en el momento en que va a apagarse. De todos modos, no se preocupen, no pienso apagarme tan pronto", sentencia. El anuncio del libro aparece hoy en el blog.josesaramago.org

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