29 mayo 2012
Robert Ingersoll. Abolicionista y librepensador.
Uno de los americanos más famosos, aunque la mayoría de la gente de hoy, nunca han oído hablar de él, fue el coronel Robert Green Ingersoll, conocido en su vida como el "Gran agnóstico," una vez que ordenó la fama nacional y notoriedad. En una época anterior a la televisión y la radio, la oratoria pública era la principal forma de entretenimiento, Ingersoll fue uno de los más buscados de los oradores en el país, que atrajo a una multitud de miles de personas. En una ocasión, después de oírle hablar, observó Mark Twain: "¿Qué órgano es el lenguaje humano, cuando es empleado por un maestro!"
Fue un abolicionista acérrimo, que sirvió honorablemente a la Unión en la Guerra Civil, y pasó a defender causas progresistas, como la libertad de expresión, derechos de las mujeres, lucha contra el racismo y la abolición del castigo corporal. Aunque los políticos intentaron en varias ocasiones su apoyo y su talento retórico, el cargo más alto que alcanzó Ingersoll, fue el fiscal general de Illinois - debido, sin duda, a su disposición para expresar sus puntos de vista con la elocuencia del librepensamiento. En un elogio, New York Times observó que sólo sus puntos de vista abiertamente irreligiosos le impidieron alcanzar "en ese lugar en la vida pública de su país en el que por sus talento, habría sido digno de alcanzar con todo derecho." No es que Ingersoll lo hubiera querido de otra manera, como él mismo declaró, un hombre verdaderamente espiritual "ataca lo que él cree que está mal, aunque sea defendida por la mayoría, y estar dispuesto a enfrentarse contra el mundo".
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