Todos los medios conservador-liberales han empezado una campaña para impedir que usted “castigue” impositivamente al ahorro. Doy por hecho que usted lo tiene claro: todos los que tienen fortunas, salvo que hayan robado o les haya tocado la lotería, son ahorradores. Vamos a hablar de una pequeña parte de esos ahorradores. Estos conservador-liberales que tenemos no quieren que los ricos tengan que ayudar a los menos favorecidos por esta crisis económica. Por decirlo de una vez: el PP no quiere que se suban los impuestos a los que más tienen.
Sería importante tener algún debate sobre el papel fundamental que juega el ahorro en el desarrollo de la economía. Sin olvidar que los ricos (la inmensa mayoría) se hacen ricos de acuerdo con la legislación aprobada en las Cortes. Pero le voy a contar un caso extraño que ocurre en la economía real entre los ricos-ahorradores si invierten a través de una SICAV.
Una SICAV es una Sociedad de Inversión Colectiva de Capital Variable. Si un rico ahorrador obtiene plusvalías en sus operaciones paga un 18%, pero si lo hace con una SICAV paga el 1%. Vale la pena tener una SICAV.
¿Qué hace falta para tener una SICAV? Pues tener, como mínimo, un capital de 2.400.000 € y conseguir juntar 100 socios. No es imposible lo primero (para algunos) pero es complicado lo segundo. Pues resulta que hoy tenemos unas 3.500 SICAVs que manejan más o menos 25.000 millones de €.
¿Pero cómo consigue uno de estos importantes ahorradores constituir una SICAV sin que le molesten los 99 accionistas necesarios legalmente? Pues es muy fácil, los accionistas los pone el banco donde ese señor o esa familia tenga depositados sus ahorros.
Presidente: mande a alguien de Moncloa a cualquier banco que gestione patrimonios; que diga que tiene 2,4 millones de € y que le faltan las 99 personas restantes para sumar las 100 obligadas por Ley. La respuesta será: no se preocupe, nosotros resolvemos el problema. Poco después, presidente, su colaborador tendrá 99 nombres de personas encantadas de participar en esa SICAV que gestionará ese banco. Prácticamente todos serán empleados del propio banco a los que se les pide el favor de formar parte de esa (y de muchas más) SICAVs. En el argot bancario a esos partícipes se les llama “mariachis”.
Y esos millones puestos en una SICAV pagarán sólo el 1% de las plusvalías que obtenga.
Conozco a algunos ricos de ayer y a otros de estos años de oro: todos tienen más de una SICAV para gestionar su patrimonio. Pregunte a su vicepresidenta Elena Salgado sobre esa desnaturalización que han sufrido las SICAVs y qué se puede hacer ahora precisamente para reconducir hacia la sociedad esos fondos privilegiados.
Hay que proteger al ahorro para que se genere actividad económica, pero hay protecciones que se entienden mal el día que hay que subir impuestos.
No me haga caso a mí ( lo comprendería), haga caso a su Vicepresidenta que ya sabe mucho de todo este entramado habil, legal e injusto.
Luis Solana es militante socialista y promotor de Nuevas Tecnologías
www.luissolana.com
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