El Mundo, Domingo, 22 de agosto de 1999
ANTONIO ALFONSO FAUS
El péndulo de Foucault y la estela lunar
Siempre me han interesado los enigmas, las paradojas, lo sorprendente, lo inexplicado. Empecé hace años en Estados Unidos con la rotación de los planetas (todos giran en el mismo sentido) y encontré un mecanismo capaz de explicarlo: el viento solar. Este efecto mecánico es sencillo: debido a la velocidad orbital, el viento solar incide inclinado sobre los planetas, y al tener su densidad decreciente con la distancia al Sol los hace girar a todos en el mismo sentido.
Este viento es en realidad hidrógeno ionizado (un plasma), protones y electrones libres, con la particularidad de que sopla radialmente desde el Sol y, además, está magnetizado. Es la extensión de su corona. Su efecto sobre los cometas es claro: la cola de los cometas apunta siempre en dirección opuesta a la del Sol, como una veleta, debido al soplo del viento solar.
Mi tesis doctoral en la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), bajo los auspicios de la NASA, predijo la formación de la estela lunar, a modo de cola de cometa, debido a la interacción del viento solar con la Luna. Una estela larga, plagada de corrientes eléctricas y con un campo magnético en forma de U. Los instrumentos científicos del satélite lunar Explorer 35 comprobaron posteriormente su existencia real.
Seguí interesándome por los grandes enigmas de la teoría del Big bang como modelo cosmológico, la falta de causalidad, la enigmática «constante cosmológica», los monopolos magnéticos ausentes, la enorme entropía del universo, la formación de las galaxias, etcétera. Todo ello explicable mediante una teoría que permita que algunas constantes físicas varíen con el tiempo debido a la expansión del universo. Ahora le toca al péndulo de Foucault. El plano que lo contiene en sus idas y venidas gira 360 grados por día en el polo norte, y con menos grados por día a medida que nos acercamos al ecuador terrestre.
Pero el día 11 de agosto, durante el eclipse solar y en la sombra lunar, en Austria el péndulo de Foucault giró el doble de rápido, tal como se explicaba en dos artículos publicados por EL MUNDO la semana pasada. Mi tesis es que fue debido a la presencia de la estela lunar, magnética.
El efecto no puede ser gravitatorio: el giro normal del plano del péndulo se debe a la aceleración de Coriolis, que es proporcional a la velocidad de oscilación del péndulo y a la velocidad de rotación de la Tierra. Y ninguno de estos parámetros varió (la constante gravitatoria de Newton G, y la velocidad de la luz c, pueden variar con el tiempo debido a la expansión del Universo, según expongo en mi libro Un modelo cosmológico: El Universo y el Hombre, ediciones del ORTO 1999, pero este efecto es pequeño).
Quedan los efectos magnéticos. El péndulo de Foucault es casi seguro que está cargado eléctricamente, y su movimiento en un campo magnético genera una fuerza. Una fuerza semejante a la fuerza de inercia de Coriolis sustituyendo masas por cargas eléctricas y la velocidad de rotación de la Tierra por un campo magnético. La sombra de la Luna es coincidente con su estela. Todo casa. La estela lunar puede afectar al péndulo de Foucault. Pero falta conocer si el efecto es suficientemente in tenso.
El próximo 25 de agosto, la Luna estará diametralmente opuesta al lugar que ocupó durante el eclipse del pasado día 11. Estará en la sombra de la Tierra. No habrá estela lunar. Si estoy en lo cierto en cuanto a la intensidad del fenómeno, los péndulos de Foucault en el lado oscuro de la Tierra no variarán su velocidad de giro. Y se va a realizar esta medición. Una predicción.
Por el contrario, si los péndulos se ven afectados, entonces el mecanismo que propongo a lo largo de este artículo, aunque correcto, no es el causante de lo que se observó el 11 de agosto en un monasterio de Austria. En cualquier caso quedo abierto al debate posible sobre los temas que he mencionado.
Antonio Alfonso Faus es catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid. Director del departamento de Aerotecnia (E.U.I.T. Aeronáutica).
No hay comentarios:
Publicar un comentario