28 abril 2008
PONGA UN CURA EN SU VIDA
Leo en Diario Crítico que Esperanza Aguirre ha firmado un convenio para que haya un sacerdote dentro del comité de ética de cada hospital público madrileño.
Se preguntarán ustedes, como hago yo, qué leches pinta un cura en cada hospital público. Pues es muy sencillo, significa que en Madrid los cuidados paliativos serán cosa del pasado, y a partir de ahora se morirá con dolor.
Lo del cura de guardia es una forma de presión a los médicos, un nuevo censor del dolor que velará para que los pacientes mueran en medio de santificadores dolores. Como en una nueva inquisición, la iglesia entregará los cuerpos de los moribundos al brazo secular impidiéndole el alivio a su dolor.
Madrid sigue dando pasos para convertirse en una Teocracia, como el Iran de los Ayatolas.
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