Un vídeo que hoy conviene repasar: lo que nos contó Mariano Rajoy el 10 de junio, tras la reunión del Eurogrupo en la que se acordó el rescate de España. “No hay condicionalidad macroeconómica”, “es una línea de crédito”, decía el presidente del Gobierno, que no quería entrar en “debates nominalistas” y que incluso presumía de haber presionado a Merkel. Era “una buena noticia para España”, todo un éxito internacional.
Un mes después, la letra pequeña de aquel rescate está a la vista de todos: subida de tres puntos en el IVA, recorte de sueldo a los funcionarios, aumento de su jornada laboral, despidos de empleados públicos, subida del impuesto del tabaco, recortes en los fondos para dependencia, rebaja las prestaciones de desempleo… Un tijeretazo de 65.000 millones de euros en dos años que pagarán los de siempre, los que ya no aguantan más.
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