Gatillazo en el PP andaluz. Javier Arenas ya llevaba la chorra fuera de los pantalones, preparada para cabalgar Andalucía, el oscuro objeto de deseo del PP, pero al final se ha quedado con las ganas. ¡¡Hmpfpfgrrr!! Victoria, sí, pero sin mayoría. Un eventual pacto del PSOE e IU podría arrebatarles el gobierno a los populares. ¿Por qué ha sucedido esto, si la victoria del PP estaba más que cantada? Hoy en El Jueves lo vamos a analizar. Y por “analizar” queremos decir “juntar unas cuantas ‘pariditas’ para que os riáis mientras os escaqueáis del curro”.Uno. Porque Javier Arenas iba tan sobrado que votó socialista. Nada. Un antojito. Un petite caprice del líder del PP andaluz.
Dos. Porque al andaluz común no le apetece desmontar el Estado del Bienestar. Si ya dicen que a algunos andaluces les repugna la idea de trabajar, imaginad lo poco que les debe seducir la idea de trabajar DOS VECES (montar y desmontar) para quedarse igual que antes. ¡¿Pero tú tá loco o qué, pisha?!
Tres. Porque más vale loco conocido que cuerdo por conocer. Andalucía y el PSOE son como un viejo matrimonio. Apenas se soportan, pero son demasiado vagos para separarse, conocer gente diferente y empezar nuevas aventuras. E Izquierda Unida sería el juguetito sexual que les dará vidilla en el lecho conyugal. Además, a Andalucía, Izquierda Unida le recuerda al PSOE cuando era joven: con ese ardor y esos aires sindicalistas. ¡Ven pa’cá, barbudo rojón! Y, a lo mejor, el estrecho de miras del PSOE se anima a realizar otras prácticas como... (¡glups!).... el sexo anal. Aunque bueno, viendo como Zapatero se bajó los pantalones ante el neoliberalismo, seguro que el PSOE no es la primera vez que se deja dar por culo.
Cuatro. Porque, como todo el mundo sabe, las manchas rojas son las más difíciles de sacar.
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