La restauración de la talla, que sufrió un acto vandálico en enero, estará terminada en el plazo de veinte días.
La imagen de la Virgen de los Peligros ha sido sometida a una especie de 'chequeo médico', con pruebas radiográficas y endoscópicas, para conocer su estado interior aprovechando que iba a ser restaurada tras sufrir un acto vandálico el pasado 17 de enero cuando un desalmado arrojó un martillo contra el cristal de la hornacina donde se hallaba la escultura, en el Puente Viejo. A consecuencia del impacto en el cristal, éste se hizo añicos y los restos de vidrio arañaron la ceja derecha de la Virgen, la túnica, la mano derecha, el dedo gordo del pie derecho del Niño y la base.
Resultado de estas pruebas, que han sido realizadas por especialistas en el Centro de Restauración de la Región de Murcia (CRRM), dependiente de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, se ha podido constatar «lo bien que se conserva la madera» -según advierte el director del Centro de Restauración, Francisco Eduardo López Soldevila, a la vez que se han descubierto dos hallazgos curiosos al someterla a las pruebas de rayos X y de endoscopia. Por una parte, la imagen aloja en su interior lo que fue un nido de pájaros, que tiene cierto tiempo y del que sólo queda paja. Estos restos no perjudican a la madera, por lo que no van a ser extraídos, ya que no sería posible sin abrir la talla. También se halló un décimo de lotería, de un sorteo del año 1991, que las restauradoras han podido sacar manualmente porque estaba alojado entre los pliegues de la túnica.
Fue la camarera de la Virgen, Peligros Hernández Pérez, quien recurrió al Ayuntamiento tras el vandálico acto. El alcalde se puso en contacto con el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Enrique Ujaldón, quien decidió trasladar la imagen al Centro de Recuperación de la Región de Murcia, donde está siendo restaurada en un tiempo récord ya que los murcianos, en general, y los carmelitanos, en particular, entre los que se encuentra el propio director del Centro de Restauración, Francisco López Soldevila, están deseando que vuelva a su hornacina del Puente Viejo.
En los minuciosos trabajos que se están llevando a cabo participan las restauradoras María Teresa Meseguer y Berta Martínez, bajo la dirección de obra de Javier Bernal. Además, para los análisis previos y la documentación gráfica se ha contado con la participación de Juan Antonio Fernández Labaña.
El director del Centro de Restauración, Francisco López Soldevila, explica que aprovechando las intervenciones en las zonas dañadas, «hemos realizado una limpieza general de la policromía y asentamientos, eliminando la acumulación de restos orgánicos».
Estudio endoscópico
La intervención se inició con un amplio estudio fotográfico, habitual en los procesos que se llevan a cabo en el Centro de Restauración. Después, la imagen fue sometida a pruebas de rayos X y de endoscopia, con una microcámara, que recorre el interior aprovechando los huecos naturales de la escultura. Con todas estas pruebas, se convocó una sesión técnica, con un equipo multidisciplinar, y se realizó el diagnóstico.
López Soldevila advierte que «nos ha sorprendido lo bien que se conserva». Aunque podría pensarse que por su ubicación, en la hornacina en el Puente de los Peligros, expuesta al sol y a la humedad del río, no se halla en las mejores condiciones para su conservación, su estructura de madera de pino, muy curada, revela su capacidad de adaptación a unas condiciones climatológicas aparentemente adversas».
Respecto al golpe recibido, López Soldevila explica que «el cristal hizo de freno y el martillo no impactó directamente en la imagen, sino que fueron los cristales los que rasgaron la imagen».
Respecto a las intervenciones realizadas, indica que se comenzó por el asentamiento de la policromía, para evitar más desprendimientos. Luego se procedió a la limpieza para eliminar agentes externos -polvo y otros elementos adheridos a la capa pictórica- y se continuó con la limpieza química, ya que todos los barnices y pinturas sufren un proceso de oxidación, que se manifiesta en los tonos amarillos que desvirtúan el color. Paralelamente se han llevado a cabo los trabajos de asentamiento de la lámina de oro del pedestal y el estucado de carencias, ya que cuando falta pintura, se crea una especie de hueco, por lo que hay que nivelar la superficie. La escultura tiene 2,07 metros de altura, 83 centímetros de ancho y un fondo de 50 centímetros, mientras que la talla del Niño mide 68 centímetros de altura.
En estos momentos se está en la fase de estucado antes de proceder a la reintegración cromática, que finalizará con el barniz final. Los trabajos realizados han supuesto un coste aproximado de 18.000 euros, que corre a cargo de la Dirección General de Bellas Artes.
En el plazo de veinte días puede estar totalmente finalizada la restauración, por lo que es posible que la Virgen de los Peligros pueda volver a su hornacina del Puente Viejo el próximo mes de junio para alegría de todos los murcianos.
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