10 noviembre 2009

JOSE SAN MARTIN

Adiós a un mito: El José de San Martín que no conocemos
No debería pasar desapercibido el extraordinario aporte del ya veterano periodista argentino radicado en España, Armando Rubén Puente, quien investigó en Francia la vida de José Francisco de San Martín e inclusive consiguió 40 documentos originales que acaba de donar al Instituto Sanmartiniano. Todo lo que nos contaron sobre San Martín en Francia, es falso.

José Francisco de San Martín no fue pobre en Francia sino adinerado. Y mundano: frecuentó a toda la intelectualidad francesa, y probablemente no quería regresar a las Provincias Unidas del Río de la Plata porque él se encontraba en el centro del 'jet set' parisino. Eso no merma sus dotes de gran militar ni sus cualidades morales, marcada por la honestidad, la discreción y la ética, pero permite una visión bien diferente de quién era San Martín.

Probablemente el verdadero San Martín haya sido mucho más interesante que el falso San Martín que contaron Bartolomé Mitre, Domingo Sarmiento y Juan Bautista Alberdi.

El aporte fue realizado por el veterano periodista argentino Armando Rubén Puente, un interlocutor permanente de Juan Domingo Perón en España, quien llegó al país buscando editorial para su manuscrito (¡por favor, que no acepte devaluar su investigación para convertirla en texto de divulgación porque perdería mérito!), y visitó a su colega Roberto García, en el programa La Mirada, por Canal 26.

La clave de San Martín en Francia -él llega procedente de Bélgica, que se acaba de separar de Holanda o Países Bajos, donde rechazó el cargo de jefe de su Estado Mayor-se llama Alejandro María de Aguado, un banquero y mecenas español expatriado en Francia, igual que San Martín (no eran exiliados porque no tenían el regreso prohibido a sus países respectivos).

Alejandro María Aguado era hijo del segundo conde de Montelirios y de María Remírez de Estenoz, de ilustre y rica familia radicada en Cuba.

Aguado recibió una base escolar en matemáticas superior a la corriente y en 1799 abrazó la carrera militar por vocación, ya que la fortuna de sus padres lo tenían cubierto de necesidades.

En 1799 ingresó como cadete en el regimiento de infantería Jaén, de donde pasó en junio de 1808 al batallón de Voluntarios de Sevilla Nº 4, participando en las batallas de Tudela y Uclés contra las tropas napoleónicas.

Participó de la Logia Integridad de Cádiz, a la que posteriormente se incorporara José de San Martín.

Tratando de definir la relación entre estos hombres, muchos autores consideran que Aguado y San Martín se habrían conocido en el Regimiento de Voluntarios de Campo Mayor en 1808.

Ocupada Sevilla por los franceses se alistó en las filas del ejército de José Bonaparte, como edecán del Estado Mayor del mariscal Jean de Dieu Soult.

Coronel del regimiento de Lanceros Españoles combatió en Albufera y fue nombrado comandante militar del Condado de Niebla. Cuando los franceses fueron derrotados por las fuerzas españolas-británicas que dirigía Arthur Wellesley, I duque de Wellington, se dirigió a Francia en 1813, rechazó el nombramiento de gobernador de Martinica y abandonó la carrera militar.

Aguado ya había empezado su carrera comercial como proveedor del ejército napoleónico en Andalucía.

Arnaldo S. Racchella utilizando como fuentes a Mario Eduardo Cohen; Carmen Castells, y Ricardo E. Brizuela cita al historiador español Gregorio Marañón, quien señaló: "... en los documentos de París hay una concomitancia entre don Alejandro (Aguado) y los comerciantes y banqueros judíos, lo que me hace presentir, en mi fuero interno, con casi seguridad, que aquel benemérito varón perteneció a dicha raza (judía)". Agrega: "Yo he conocido varios Aguados de procedencia Navarra entre los sefarditas que aún existen en el mundo".

En París creó varias empresas de importación y venta de vinos, aceite y frutas y fabricación y venta de perfumes. En 1821 inició sus primeras operaciones en la Bolsa y se vinculó a los banqueros Fould y Pereire.

En 1824 se hizo cargo de la gestión en París del Empréstito Real de España, cuando ningún banquero europeo quería asumir riesgos con España, en crisis económica.

En 1828 y 1830 suscribió dos nuevos empréstitos con el rey Fernando VII y refinanció las deudas que España tenía con el Reino Unido, Francia y Holanda. En agradecimiento el monarca le otorgó el título de marqués de las Marismas del Guadalquivir.

Ya era uno de los grandes banqueros de París y era considerado “el hombre más rico de Francia”.

En 1831 Aguado cedió su Banco a la casa Ferrere, Lafitte, quedando como socio comanditario de la misma, y se dedicó a promocionar importantes actividades culturales: durante el resto de su vida financió la Ópera de París y el Teatro de los Italianos, creó revistas como la Revue de Paris, y diarios como Le Constitutionnel , presidió el Ateneo de París, y formó la más importante de las colecciones privadas de arte existentes en Francia.

Su palacio de París y el palacio Petit Bourg, ubicado en Evry a 25 kilómetros de la capital, se convirtieron en centro de reunión de artistas líricos y del ballet, compositores como Rossini y escritores como Balzac y Nerval. Y San Martín participaba de ese grupo íntimo de Aguado. San Martín frecuentaba a la intelectualidad francesa, que era la más importante del mundo, por aquel entonces. Nadie se enteró en el Río de la Plata porque San Martín siempre hizo de la discreción una regla de vida.

Aguado reunió 360 cuadros de pintores españoles como Velázquez, Murillo, Ribera, Zurbarán, y también de las escuelas italianas, como Leonardo Da Vinci y Rafael y holandesa-flamenca, como Rubens y Rembrandt.

En tanto siguió participando de empréstitos a Grecia, al Piamonte y a los Estados Unidos, construcción del canal de Castilla, desecación de las marismas del Guadalquivir, explotación de las bodegas Château Margot y de minas de carbón en Asturias.

Vivió en Ivry sur Seine durante varios años en que fue alcalde del municipio; embelleció la localidad, mandando a construir el puente colgante sobre el Sena, que recibió su nombre.

Rico y alegre, en contraste con San Martín, que era de carácter reservado y serio; coincidían en aspectos como la honradez de intenciones, la rectitud y su limpieza de conducta.

Ambos estaban expatriados en Francia y habían sido compañeros de ejército, probablemente entre ellos hablaban castellano.

San Martín le expresó a Tomás Guido: "Mi salud se repara de día en día a beneficio de los aires del campo y de la sociedad de la familia del señor Aguado, antiguo compañero de armas del mismo Regimiento de España y seguro amigo, cuya familia vive al lado de la casita de campo que habito".

En 1832, José de San Martín enfermo y sin recursos fue auxiliado por Aguado, ante las deudas que peruanos, chilenos y el Estado argentino tenía con el prócer, que finalmente fueron mal pagadas y a destiempo, tras muchas gestiones.

-¿Con que tú eres el banquero Aguado? - dijo San Martín- y su amigo le respondió:

- Hombre, cuando alguien no puede llegar a ser libertador de medio mundo, me parece que se le puede perdonar que sea banquero.

Lamentablemente, esta fructífera relación personal se vio truncada en 1842 por la súbita muerte de Aguado. En un viaje de inspección a sus minas de carbón en Asturias, fue sorprendido por una terrible tormenta de nieve.

Sus carruajes no pudieron seguir. Imprudentemente, Aguado decidió dejarlos y seguir caminando en medio de la feroz tormenta. Apenas pudo llegar a Gijón, donde falleció inmediatamente.

Aguado había nombrado a San Martín su albacea testamentario y tutor de sus hijos, haciéndolo además heredero de todas sus alhajas y condecoraciones personales.

Dicen que San Martín no vendió a precios adecuados la fabulosa colección de arte, y acerca de sus alhajas se desconoce qué ocurrió, oscureciendo la memoria de Mariano Severo Balcarce, yerno de San Martín.

Armando Rubén Puente le escribió hace 1 año la siguiente carta al diario Los Andes, de Mendoza:

Alejandro María de Aguado nació en Sevilla el 28 de enero de 1785, hijo del segundo conde de Montelirios y de María Ramírez de Estenoz, de ilustre y rica familia cubana, con vínculos en el Río de la Plata: los Bucarelli.

En 1799 ingresó como cadete en el regimiento de infantería Jaén, de donde pasó en junio de 1808 al batallón de Voluntarios de Sevilla n° 4, participando en las batallas de Tudela Uclés contra las tropas napoleónicas.

Ocupada Sevilla por los franceses se alistó en las filas del ejército de José I Bonaparte, siendo incorporado como edecán del Estado Mayor del mariscal Soult.

Como Coronel del regimiento de Lanceros Españoles combatió en Albuera y fue nombrado comandante militar del Condado de Niebla. Cuando los franceses fueron derrotados por las fuerzas coaligadas mandadas por Wellington, se exilió, rechazó el nombramiento de gobernador de Martinica y abandonó la carrera militar.

Casado con Carmen Victoria Morena tuvo 3 hijos, todos ellos nacidos en Francia y, con ayuda de sus familiares, creó en París varias empresas: desde la importación y venta de vinos, aceite y frutas, hasta perfumes. En 1821 inició sus primeras operaciones en la Bolsa y se vinculó a los Banqueros Fould y Pereire.

En 1824 se hizo cargo de la gestión en París del Empréstito Real, en momentos en que ningún banquero europeo quería asumir riesgos con España, sumida en una catastrófica crisis económica. En 1828-1830 suscribió dos nuevos empréstitos con el rey Fernando VII y refinanció las deudas que España tenía con el Reino Unido, Francia y Holanda. Para entonces se había convertido en uno de los grandes banqueros de París y era considerado el "hombre más rico de Francia".

Fue en 1829, en los meses que José de San Martín pasó en París, de vuelta a Europa de su frustrado regreso a Buenos Aires, cuando el Libertador y el banquero iniciaron una relación que se convertiría en una amistad íntima a partir de 1833. Aguado había cedido su banco a la casa Ferrere, Lafitte y empezaba a dedicarse especialmente a promover importantes actividades culturales: financiar la Ópera de París, revistas y diarios y crear la más importante de las colecciones privadas de arte existentes en Francia.

Su palacio de París y el palacio Petit Bourg, ubicado a 25 km. de la capital, se convirtieron en centro de reunión de artistas líricos y de ballet, compositores como Rossini y escritores como Balzac.

José de San Martín compró una casa, Grand Bourg, situada junto al palacio Petit Bourg, y otra en la calle Saint Georges, en la capital, a tres cuadras del palacio de Aguado, para estar cerca de su amigo, el banquero sevillano.

Fue así como el Libertador conoció a los más famosos artistas y escritores de la época que se reunían en los salones de Aguado.

Su vocación de mecenas y coleccionista de arte (reunió 320 obras de Velázquez, Murillo, Alonso Cano, Da Vinci, Rubens, Rembrandt, Rafael, etc) no impidió a Aguado continuar sus actividades financieras y comerciales: empréstitos a Grecia, el Piamonte y los Estados Unidos, construcción del canal de Castilla, desecación de las marismas del Guadalquivir, explotación de las bodegas Chateau Margot y de minas de carbón en Asturias.

En agradecimiento a las inversiones que realizaba en su patria, el rey le concedió el título de marqués de las Marismas del Guadalquivir.

En un viaje que realizó a Asturias para visitar sus minas e inaugurar una ruta de peaje, murió de un fulminante ataque de apoplejía en 1842.

El "hombre más rico de Francia" había nombrado a su amigo San Martín su albacea testamentario y tutor de sus hijos, haciéndolo además heredero de todas sus alhajas y condecoraciones personales. El Libertador se hizo cargo de la compleja misión de ejecutar el testamento y repartir la inmensa fortuna, vendiendo las minas y posesiones y la colección de obras de arte que eran la admiración de toda Europa y que hoy se exponen en los mejores museos del mundo.

San Martín estuvo más de tres años, hasta fines de 1845, ocupado en esa tarea como presidente del "consejo de familia" y tutor de los dos hijos menores del banquero.

Cumplida la voluntad de su amigo el general pudo descansar realizando un viaje a Italia. Continuó viviendo en París, en su casa de la calle Saint Georges y pasando los fines de semana y vacaciones estivales en la casa de Grand Bourg hasta 1848, cuando un estallido revolucionario lo movió a trasladarse a Boulogne sur Mer, en el canal de La Mancha, donde murió.

El mes pasado se ha publicado en Madrid "Alejandro Aguado. Militar, banquero, mecenas", una obra de investigación histórica realizada en archivos franceses y españoles, en la que se dan a conocer 48 documentos inéditos relacionados con José de San Martín en Francia y su amistad con el banquero liberal español, Aguado.

No sé cuándo podrá llegar la biografía a la Argentina ya que el costo de edición española y la cotización del euro, lo hacen muy difícil. En caso de ser publicado pido que conste mi nombre y dirección por si alguien quiere hacer un comentario.

Antes de concluir, me presentaré: Nacido en 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires, Argentina; resido en España desde hace años. Soy académico del Instituto Nacional Sanmartiniano y miembro de la Academia Nacional de Periodismo de Argentina. He escrito varias obras de historia además de la ahora publicada, entre ellas una cuádruple biografía: "Los hermanos de San Martín" y "La Virgen de la Soledad".

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