José María Aznar nunca ha sido de la clase de políticos que pasara sus vacaciones en Marbella. Eso pertenecía a los pijos del sur. El siempre prefería sus estíos en Las Platjetas, en Castellón, donde se hicieron famosos los baños del matrimonio y donde se veía a sus vástagos correteando con los amigos de toda la vida. Desde que su caché dando conferencias se ha elevado a 35.000 dólares por alocución, todo ha cambiado. Donde luce palmito ahora el ex mandatario gracias a su nuevo modus vivendi es junto a la Jet set marbellí. Concretamente, en la urbanización Guadalmina, toda una reliquia de los Goizueta, que sigue siendo uno de los escasos exponentes de la dorada Marbella prácticamente ya extinguida.
Aznar ha adquirido su nueva residencia de verano en El Golf Guadalmina, fundado por el Marqués de Nájera allá por los años sesenta. Después de sorprender a media España con sus 'chocolatitos al aire' en Chipre, ahora nos deleita con sus vecinos dando golpes certeros en el campo de golf mas glamouroso del país. Los guardaespaldas prohíben cualquier instantánea del ex presidente, al que arropan para que salga rápido de la vivienda.
A quien sí se puede ver es a Ana Botella, shari de cachemir rosa y un bolso de paja a juego, con cara de felicidad y deleite "por el disfrute vacacional". Aunque a la concejala madrileña no le sienta muy bien ver periodistas a su puerta. “¿Quién les ha avisado? ¿Qué hacen éstos aquí? Que se vayan”. Con el nuevo destino, la rutina vacacional es otra, de Guadalmina a las playas de Marbella y a Sotogrande, donde Alejandro Agag y Ana Aznar pasan sus vacaciones.
La pareja ha estrenado chalet tras vender el ático que antes tenían en esta urbanización a un conocido empresario de la comunicación. Han adquirido un precioso chalet de color albero donde ondea la bandera española como signo de patriotismo, en una urbanización donde la mayoría de sus residentes son vascos, y alguna ikurriña que otra se otea en el horizonte. El ex presidente del Gobierno puso a la venta el ático dúplex de 265 metros cuadrados, con dos plazas de garaje y un trastero, ya que se encontraba fuera del PGOU.
Su anterior vivienda figuraba en la lista de viviendas ilegales elaborada en 2006 por la gestora del Ayuntamiento, por exceso de edificabilidad. A pesar de la gran inversión económica realizada por el matrimonio Aznar, disfrutaron muy poco de su anterior vivienda, no querían estar en el punto de mira por “habitar un sitio ilegal”. Ahora la familia disfruta a tope de “su hoyo18”, de los pescaitos de “San Pedro” y de sus días al sol.
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