Los prelados de Vitoria (Miguel Asurmendi)encargado de dar lectura al texto, Bilbao (Ricardo Blázquez) y San Sebastián (Juan María Uriarte) presidieron una ceremonia en la Catedral Nueva de la capital alavesa para recordar en un acto de justicia reparadora y reconciliadora a los ajusticiados. En la homilía, elaborada por los tres obispos, se recordó que más de 70 sacerdotes fueron fusilados en el País Vasco por los dos bandos aunque estos 14 jamás tuvieron un reconocimiento público. No es justificable ni aceptable por más tiempo el silencio que en los medios oficiales de nuestra Iglesia ha envuelto la muerte de estos sacerdotes. Por ello, con humildad, pidió perdón, en nombre de la Iglesia vasca, a Dios y a nuestros hermanos, tras subrayar que el acto tuvo una dimensión de reparación y reconocimiento, de servicio a la verdad para purificar la memoria, aseguró.
El obispo de la capital alavesa Vitoria explicó, las circunstancias que rodearon a estos hechos.
Asurmendi reconoció que los religiosos asesinados (12 sacerdotes, un misionero claretiano y un carmelita descalzo) fueron apresados mientras ejercían su ministerio, según el testimonio de testigos y feligreses. Además, apuntó que en el Boletín Oficial de la Diócesis de Vitoria (la única que existía entonces) sólo se constató el 15 de octubre de 1936 el fallecimiento de los dos primeros sacerdotes.
Después se extendió sobre todos ellos un lamentable silencio de largos años.
Asurmendi comentó que los 14 guipuzcoanos fusilados no habían recibido hasta la fecha ningún tipo de exequias públicas y que sus nombres fueron relegados al silencio. Queremos contribuir a la dignificación de quienes han sido olvidados y a mitigar el dolor de sus familiares y allegados. Queremos pedir perdón e invitar a perdonar, explicó monseñor. Además, insistió en que la celebración no pretendía abrir heridas, sino ayudar a curarlas y aliviarlas.
Con humildad, pedimos perdón a Dios y a nuestros hermanos, manifestó ante doscientos religiosos y cientos de personas, entre los que se encontraban la portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia, la consejera de Cultura, Blanca Urgell y el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, entre otras autoridades.
El obispo de Vitoria hizo hincapié en que el acto religioso de este sábado tiene una dimensión de reparación, de servicio a la verdad para purificar la memoria; Asimismo, consideró que cuando se recuerda la Guerra Civil y sus doloroso efectos, es necesario tener la mirada puesta en el futuro. Asurmendi solicitó a Dios la fuerza necesaria para rechazar siempre la violencia como medio de resolución de las diferencias y conflictos.
Tras la ceremonia, la portavoz del Gobierno vasco destacó que la paz y la reconciliación se construyen desde la memoria. Nunca es tarde para construir la memoria y no olvidar a las víctimas, recalcó Mendia, quien celebró el paso dado por la Iglesia vasca.
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