El departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos está preocupado por el auge de la extrema derecha en Norteamérica. Para este organismo, los posicionamientos ultras son una amenaza y están en alza, especialmente desde que Barack Obama, el primer presidente del país de raza negra, accedió al poder. Según publica El País, la institución elaboró hace unos meses un informe en el que corroboraba que “la actual crisis económica y la elección del primer presidente negro ha abonado el terreno para el incremento de los radicales de extrema derecha y su reclutamiento”.
Sucesos ultras
De hecho, estas afirmaciones han quedado probadas por varios sucesos en las últimas semanas. El supremacista James von Brunn, de 88 años, por ejemplo, entró el pasado miércoles en el Museo del Holocausto armado con un rifle y asesinó a un guarda de seguridad negro. Otro ejemplo: el fanático antiabortista Scott Roeder abatió a finales del pasado mayo a un conocido médico que practicaba interrupciones del embarazo durante una misa.
Plan de asesinato contra Obama
Pueden parecer casos aislados, pero hay más, y la agencia del gobierno que controla el uso de armas y explosivos (BATF, en sus siglas en inglés) aseguró recientemente haber desmantelado un plan de un grupo de skinheads para asesinar a Obama y a otras 102 personas negras (el 102 dos es un número simbólico para los neonazis, ya que representa la suma de 88 –número al que le dan el significado de la expresión “Heil Hitler”- y 14 –número de palabras que forman la frase con la que los supremacistas blancos inician todos sus discursos).
La Holanda de Wilders
Y estas tendencias se repiten en Europa. Tras el ascenso de las fuerzas conservadoras en los últimos comicios europeos en la mayoría de los países, los ultraderechistas parecen estar crecidos. En Holanda, el líder del Partido por la Libertad, la formación ultraconservadora y anti-inmigración que se ha convertido en la segunda más votada, parece encontrarse eufórico. Geert Wilders se sitúa en las encuestas como el dirigente de la primera fuerza política del país, y con ese aval no ha dudado en arremeter contra la “falta de liderazgo en Europa y Estados Unidos” y felicitarse por la caída de votos de los socialistas.
Zapatero, Obama y los "Chamberlains"
“Debemos librarnos de los cobardes que se llaman líderes europeos y no osan enfrentarse al peligro islámico. Librémonos de ellos. Más Churchils y menos Chamberlains”, argumentó durante una conferencia en el Palacio de Christiansbor, informó El Mundo. Y, ¿dónde está situado Zapatero? “Es obvio” que “en el rincón de los Chamberlains”, aseguró Wilders. Tampoco Obama salió bien parado de su discurso: “El rey de Arabia Saudí es uno de los mayores criminales de la tierra y Obama va allí como un niño que quiere una galleta, a hacerle reverencias cuando lo que debería hacer es condenar su régimen. Aunque tenga costes económicos”, advirtió.
Las patrullas de Gaetano Saya
Pero este no es el único posicionamiento ultra que vive Europa: en Italia, una vez más los utraderechistas han cobrado protagonismo, esta vez a través de las llamadas rondas negras o patrullas ciudadanas, grupos de voluntarios que, según la nueva ley que se debate en el Senado, patrullarán las calles y alertarán a la policía cuando vean actos de delincuencia. De momento, parece que la mayor parte de estos vigilantes nocturnos están vinculados a un minoritario partido de ultraderecha, el Nuevo MSI-Derecha Nacional. La formación está liderada por Gaetano Saya, quien en 2004 fue procesado por gestionar una web “con contenido de odio racial”.
¿Uniformes fascistas?
La polémica sobre estas patrullas se ha desatado al publicarse fotos de los uniformes con que se han pertrechado: camisa gris o caqui con cinturón y corbata negras, y gorra con el águila imperial romana. Un atuendo que recuerda con demasiada fidelidad a los trajes de los militares fascistas de Mussolini y que han hecho que la oposición califique estas rondas como un “delirio” fascista. De hecho, la Fiscalía de Milán ha abierto un expediente informativo al respecto y estudiará si abre una denuncia formal contra estos grupos por delitos de apología del fascismo. En cualquier caso, según Saya, ya hay 2.100 volntarios dispuestos a vestir este traje y patrullar las calles italianas en busca de lo que ellos consideren delincuentes.
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