“Yo me lo temo mucho, ... que pudiera estarse pensando en volver a la negociación política con los terroristas”
Frase de Esperanza Aguirre.
CARLOS CARNICERO
Hay una parte sustantiva del PP que está echando en falta a Eduardo Zaplana y a Martínez Pujalte en la actividad parlamentaria. Son los mismos que quieren encumbrar a Esperanza Aguirre a la categoría de heroína de Bombay cuando difícilmente podría pasar el cedazo de la dignidad mínima exigible a un líder en momentos de crisis. Ahora el tema es la disolución de los ayuntamientos vascos gobernados por ANV y la metodología es la agitación y propaganda previa a la confrontación utilizando la lucha antiterrorista. ¿Por qué precisamente en este momento?.
Nadie con juicio puede negar que la dirección de la lucha antiterrorista es de las mejores de toda la vida política democrática española; quizá sólo comparable en el tiempo a la que condujo a la detención de toda la cúpula de ETA en Bidart, en la época en la que era ministro de Interior José Luis Corcuera. Los resultados en la concatenación de desarticulación de comandos y dirigentes de ETA son sencillamente espectaculares. La firmeza en las declaraciones del ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba sobre la imposibilidad de plantear cualquier tipo de negociación son taxativos: "ETA perdió la oportunidad de acabar sus días como el IRA y terminará como el GRAPO".
Los síntomas de debilidad de ETA son evidentes: hasta la asamblea de ex presos de ETA denunciando las maniobras de división del colectivo de quienes cumplen condena por la política penitenciaria del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero son una demostración de la extrema debilidad de la banda terrorista.
Sin embargo, en vez de cerrar filas con el Gobierno socialista, el PP empieza a tomar distancia de la posición del Ejecutivo y amaga con precipitar el comienzo de una nueva desunión. ¿No será sencillamente que el PP no soporta que sea el PSOE quien lidere el final del terrorismo?
Carlos Carnicero es periodista y analista político.
1 comentario:
El PP terminará por pagar toda la indecente utilización de la lucha antiterrorista para desgastar al gobierno. Sus permanentes ataques, en el fondo, sólo se justifican si se defiende (como a veces incluso se atreven a explicitarlo) que el Presidente del gobierno y su partido son filoterroristas. Quien vote al PP avala esa bestialidad.
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