A los pocos años de su nacimiento, falleció su padre, dejando a su viuda obligada a cuidar y educar a su hijo. Era una mujer tan hacendosa, dispuesta y enérgica, que puso todo su afán y empeño en educar a su hijo con tanto rigor, como lo hubiese hecho su marido.
Desde muy joven, se observó en él, la facilidad que tenía para estudiar, cosa que hacía con sumo placer y sin distraerse en otras cosas que no fuesen las materias que estudiaba. Aún no cumplidos los siete años, ya recibía nociones de gramática latina, destacando entre todos sus compañeros. Un tío Trinitario Descalzo que tenía, le dijo de broma que al día siguiente quería que aprendiese las conjugaciones latinas, que si no lo hacia así, le castigaría. El niño se lo tomó, como si se lo hubiese dicho en serio, y cual no sería la sorpresa del tío, cuando al día siguiente ya se sabía las conjugaciones. En dos años fue capaz de dominar, con toda fluidez, la lengua latina. A los nueve años estudió Retórica y Poesía latina. Tantos fueron los conocimientos en este arte que a la muerte de Benedicto XIII, le dedicó un poema heroico.
A los catorce años entregó su vida a la religión, ingresando en el convento de Ávila en la Orden de Predicadores.(Continuara......)
Resumen transcrito del original por Cesáreo Fraile Izquierdo.
Clicando en la portada de arriba, se leen las pág. 253 a la 266, que son las que contienen la biografía de nuestro ilustre hinojoseño. Este libro lo podemos tener a nuestro alcance, gracias a la labor de digitalización que esta llevando a cabo Google.
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