¡Que bonita palabra!, corta, suave, cariñosa... y a la vez ampulosa en su sonoridad.
Tiene una utilización universal para todos los hispanohablantes. ¡Cuanta dulzura hay en ella!. La emplea el niño para saludar a su compañero de colegio, los adolescentes para saludar a sus colegas, los enamorados dirigiéndose al mismo tiempo esa mirada de complicidad , los adultos y las personas mayores, los compañeros de trabajo, los desconocidos para iniciar una conversación, los viandantes que se cruzan en la calle de cualquier ciudad, en fin, todas las personas de cualquier pueblo, ciudad y país. ¡Esa es su grandeza!. ¡Esa es su universalidad!. ¡HOLA!, amigos!.
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